Política

Miles de vándalos causaron infierno en el primer día de la “toma de Lima”

Provocaron destrozos y atacaron a miembros del orden hasta con hondas y huaracas

En el inicio de la llamada “Marcha de los 4 Suyos”, en su segunda versión, miles de personas, tanto de la capital como de alejados pueblos del interior del país, desataron toda su rabia contenida y el vandalismo se impuso a la marcha pacífica. Se confundió la protesta con el salvajismo y Lima, que acababa de cumplir 488 años de fundación, en pocas horas quedó virtualmente destrozada.

Las imágenes donde varios sujetos, que irónicamente lucían la camiseta de la selección peruana, palanquean con barretas los adoquines de la vereda de la Av. Nicolás de Piérola, son elocuentes. Luego utilizaron esos bloques de cemento como armas para atacar a los policías. Su objetivo era tomar Palacio de Gobierno y el Palacio Legislativo, para simbolizar sus principales exigencias: La renuncia de la presidenta Dina Boluarte y el cierre del Congreso de la República.

PALOS Y PIEDRAS

Por la mañana todo estuvo medianamente tranquilo. A los campus universitarios de la San Marcos y la UNI seguían llegando delegaciones del Cusco, Puno, Ayacucho, Andahuaylas y otras provincias del sur, también algunas del norte.

Sin embargo, conforme fueron transcurriendo las horas, la magnitud de la llamada “toma de Lima” fue creciendo en forma paulatina. De pronto, la avenida Abancay se vio invadida por cientos y miles de manifestantes que empuñaban palos y banderas.

Fue una manifestación sui géneris, con características nunca antes registradas en la capital del país. Fueron piquetes de protestantes que discurrían por las Avenidas Nicolás de Piérola y Emancipación, por los jirones, Cusco, Lampa, Carabaya y otras arterias.

12,000 POLICÍAS

Pero no todos eran vándalos con la consigna de dañar la propiedad privada y pública. Había también humildes pobladores, entre hombres y mujeres, que habían llegado de alejados pueblos con la ilusión de que el Gobierno los escuche. Por ejemplo, había campesinas del Cusco con sus sombreros y llicllas (mantas) en la espalda, que la pasaron mal y tuvieron que huir de los violentos.

Atacaron hasta con palos, hondas y huaracas a la Policía, que desplegó 12,000 efectivos para el control de los disturbios, según el general PNP Víctor Zanabria, jefe de la Región Policial Lima. Encendieron fogatas y también atacaron a varios periodistas. A un reportero de América Televisión le volaron dos dientes a golpes. El segundo capítulo es este viernes. Ojalá acabe la tormenta.

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