Opinión

“Mentes brillantes”

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Qué mal ejemplo le están dando a la juventud los políticos atacados por el virus de la flojera intelectual, ese trastorno de la era digital que les está haciendo mucho daño a nuestros estudiantes, quienes leen cada vez menos y se han acostumbrado a resolver todo presionando una tecla. Un congresista presentó un proyecto de ley para la creación de una universidad, pero cometió un error gravísimo y bochornoso. Copió y pegó textualmente un fragmento del proyecto para la creación de otra universidad que queda en una provincia que queda en otra región. No se dio el trabajo ni de borrar el nombre.

Según el registro de títulos y grados del Sunedu, este congresista es magíster en Didáctica Universitaria, licenciado en Pedagogía, Humanidades, Español y Literatura; y abogado. Supuestamente, en el papel, este legislador es una eminencia. Pero, conocido el “copia y pega” en su proyecto, nos preguntamos cómo habrá hecho sus tesis universitarias, qué técnicas, qué metodologías de investigación utilizó. Y cómo es que este “padre de la patria” ostenta el cargo de presidente de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte. Increíble, pero cierto. No es necesario que los políticos sean grandes intelectuales o mentes brillantes. Nadie pide que sean devoradores de libros. Pero están obligados a usar la materia gris al menos para el sentido común, el análisis, la elaboración de ideas y la propuesta coherente. Con ayuda de sus asesores, claro está.

En estos tiempos, la educación está atravesando una grave crisis a nivel mundial debido a la influencia negativa de la tecnología en el desarrollo de la capacidad cognitiva de los estudiantes de todos los niveles. Estamos pagando los platos rotos, precisamente, del uso excesivo del recurso del “copia y pega”, de la flojera para pensar y del abuso de la inteligencia artificial, que puede “ahorrarnos” el trabajo hasta de pensar y preparar con rigor humano una tesis universitaria

. La tecnología virtual, la inteligencia artificial y el campo digital en general son muy beneficiosos para las actividades educativas y laborales, pero también tienen aspectos negativos y perjudiciales. Copiar y pegar textos sin leerlos y mucho menos analizarlos, como lo hizo el aludido congresista, es uno de estos problemas.

Los políticos y todas las personas vinculadas de alguna manera con el campo intelectual están llamadas a luchar contra esta corriente, no a embarcarse en ella y pasar a ser parte del problema. ¿Que los asesores del congresista tienen la culpa? Ya nos ocuparemos de ellos en otra columna. Pero donde manda capitán, no manda marinero. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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