
El Gobierno creó una expectativa por el anunciado mensaje presidencial. El Primer Ministro dijo que habría “sorpresas”; pero luego de escucharlo vemos que no ha habido nada de ello; más parecía un adelanto del mensaje de 28 de julio, como si tuviera la sospecha que no llegaría a esa fecha.
A la relación de supuestos avances en la gestión comprendidos en 10 ejes muy poco precisos y gaseosos, se han sumado algunos conceptos que es importante relievar y que son difíciles de creer. La obtusa insistencia de “resolver los problemas de 200 años y darle nuevo rostro de la política peruana”, refleja un resentimiento social que sigue sembrando en el país.
La advertencia de que no tolerará la corrupción así sea de amigos, parientes o paisanos, no tiene correlato con la realidad si mantiene a ministros cuestionadísimos, a sobrinos lobistas, a paisanos y amigos que parece que tienen serios indicios de ejercer actos de corrupción. ¿Cómo puede hablar de lucha contra la corrupción si Karelim López y Bruno Pacheco están siendo acosados y amenazados por gente del gobierno? Hasta le han pedido a la primera que cambie de abogado y al segundo le envían una turba a la puerta de la Fiscalía y la Policía no toma medidas de seguridad para el ex Secretario de Palacio.
Acepta desaciertos y errores, pero no identifica ninguno, pudo haber mencionado las reuniones clandestinas de Sarratea y la clínica La Luz, así como los nombramientos de ministros y funcionarios impresentables inclusive con antecedentes penales. Habló de procuradores intocables, pero no reconoce que destituyó al que lo denunció. Dijo que tenía ánimo de enmienda, pero carece de dolor de corazón.
Acusó a la “mala prensa” manejada por grupos económicos, como si las denuncias mediáticas fueran un invento y el fuere ajeno o inocente de todos los cargos que se han publicado.
Tomó distancia del comunismo, proclamó su creencia en la Economía Social de Mercado, la libre empresa y la iniciativa privada; pero no aprecio sinceridad en sus palabras, más aún si sigue teniendo al lado al Partido Perú Libre, de reconocida filiación marxista leninista. Pide dejar de lado las rencillas y polarización, pero crítica acremente las iniciativas de fiscalización que ha presentado el Congreso, así como la presunta ilegitimidad del Poder Judicial y Ministerio Público, lo cual es una crítica a la Junta Nacional de Justicia; y del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, que es un misil dirigido al Congreso.
Las palabras de “poner fin a las disputas”, “acabar con la polarización”, “tender la mano para construir puentes”, “acabar con la polarización”, etc; no impresionan a nadie, excepto a algunos congresistas de oposición que han declarado al término del mensaje impresionados porque se les acercó y les dio la mano. Ese era su principal objetivo, ablandar a algunos incautos y puede haberlo logrado a pocos días del debate y votación de la moción de vacancia.
(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.