La reciente decisión del presidente de la República Pedro Castillo y del Poder Ejecutivo de presentar un proyecto de consulta para elaborar una nueva Constitución que implícitamente alude a la creación de una Asamblea Constituyente es, claramente, algo inconstitucional. Los ministros de Estado que ayer mismo revisaron este tema en el Consejo de Ministros, tenían en sus manos la responsabilidad de ejercer el control intra órgano, es decir, no debieron admitir que un presidente disponga contra el mandato expreso del artículo 206 de la Constitución Política del Perú. Al hacerlo, ellos mismos se están haciendo responsables de lo que es una clara infracción a la propia Constitución.
Y decimos esto porque una cosa es presentar equivocadamente una iniciativa que a todas luces colisiona contra la Carta Magna, y otra cosa es hacerlo de manera ex profesa, deliberada y consciente como estamos observando. Lamentablemente, y hay que decirlo, esto tendría efectos directos en la vida cotidiana de los ciudadanos generando un grado mucho más alto del que ya se tiene de confrontación, beligerancia y, sobre todo, alejando al actual Gobierno en general de ocuparse de los asuntos trascendentales que requieren atención en el país como los problemas económicos, laborales, de seguridad ciudadana y redimirse combatiendo la corrupción de estos ocho meses.
Esperamos que el Gobierno de turno entienda que no va a poder evadirse de sus responsabilidades básicas y que en tanto se mantenga esta falta de liderazgo y no se convoque a los mejores técnicos o que no se definan con precisión y claridad los planes programas y acciones, pero, sobre todo, que no exista una conducta pública acorde con la transparencia y la ética que exige el ejercicio del buen gobierno, implicará que esa nave encallará prontamente en la anarquía y el desorden.
(*) Expresidente del Tribunal Constitucional
(*) Exministro de Justicia
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