Opinión

Mansos pero no mensos

Por: Antero Flores-Araoz

Tiempo que no había escuchado la frase con la que se titula esta columna, hasta que en una homilía en la presente semana me la hizo recordar y ella se refería a la actitud que deberíamos tener los demócratas en estos días donde se revisan los escrutinios de votos que aparecen en las actas suscritas en mesa, en la segunda vuelta presidencial del pasado domingo 06 de junio.

Como era previsible por el desenlace de la primera vuelta electoral del 11 de abril, el resultado de la segunda vuelta sería muy estrecho, por lo que había que evitar cualquier triunfalismo y muestras de júbilo prematuras, pero si exigiendo que el resultado oficial sea el fiel reflejo de la realidad, esto es de la expresión legítima del voto, dicho en otras palabras: de la voluntad popular.

Como hemos podido observar por las noticias que aparecen en los medios se están procesando las incidencias y apelaciones de las impugnaciones en mesa, al igual que las observaciones de la ONPE a las actas que ha recibido y, también la autoridad electoral a través de los Jurados Electorales Especiales y del Jurado Nacional de Elecciones, tendrá que resolver sobre las nulidades que han sido planteadas. También hemos tomado nota por los mismos medios de información, que las irregularidades cuestionadas no son errores, sino que aparentan violentar la voluntad de los electores, como es poner en las actas de votación datos distintos a la realidad del escrutinio. Hay personas fallecidas que aparecen actuando como miembros de mesa, hay parientes cercanos llenando los tres espacios de la autoridad en las mesas de votación, existen audios de coordinadores de personeros del candidato del lápiz instruyendo para comportamiento doloso en las mesas de sufragio y, así podríamos seguir con la enumeración, pero no es de interés del autor de este artículo cansarlos.

Visto lo expuesto es obligación ciudadana llegar hasta la verdad electoral, sea cual fuese ella, sin importar si llega al triunfo el candidato o la candidata, quienes para una etapa futura tendrán que conversar para superar las angustias del momento y la división del país. Importantísimo es para lograr la verdad electoral tener personeros conocedores de la normatividad de la materia, serenos y comprometidos, sin dejar espacios abiertos pues cuando ocurre puede suceder cualquier cosa. En la homilía a la que me refería al inicio de esta columna, escuché decir que hay que actuar mansos como palomas y astutos como serpientes para no dejarse avasallar, exigiendo a los organismos electorales que cumplan a cabalidad y con honestidad las tareas que la Constitución y la ley les tienen encomendada.

Protestar es legítimo, mientras se haga en paz y sin violencia, por lo cual todo plantón que se haga ante los domicilios personales de las autoridades electorales, carece de licitud y es una forma de violencia absolutamente inadmisible. Exijamos que exista transparencia, que las revisiones sean públicas y, si se quiere, ante las sedes institucionales de los entes electorales, más no en los domicilios particulares.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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