Particular

“Los ‘vientres de alquiler’ son una estafa política”

Excanciller Luis Gonzales Posada sostiene que los partidos deben reorganizarse, descentralizarse y convocar a los jóvenes

Para el excanciller Luis Gonzales Posada, la alta votación de Pedro Castillo es resultado del trabajo silencioso, soterrado, que ha realizado la izquierda desde hace años, ganando la mayoría de gobiernos regionales y alcaldías, especialmente en el sur, que le ha permitido contar con una gran maquinaria burocrática, vehículos, locales y recursos económicos.

¿Doctor, qué opinión tiene sobre la manera en que la izquierda ha ganado terreno político en estas elecciones?

En el pasado, encontrar izquierdistas en cargos públicos era excepcional; ahora son mayoría en regiones y municipios al interior del país. Manejan programas sociales, de salud y educación, sectores claves que los ponen en contacto directo con la población, especialmente con los más pobres. Los partidos políticos, en cambio, no cuentan con recursos y han ido abandonando el activismo político, dejando de ser un puente con la población, a quien tienen poco o nada que ofrecer. Todo esto ha ocurrido desde hace veinte años, a partir de la regionalización.

Esta tendencia demandaría una reingeniería de los partidos, entre ellos el Apra…

Sin duda. Nueva organización y programa, descentralización, cambio de dirigentes. Los candidatos apristas deben ser en su mayoría jóvenes y debe invitarse a independientes respetados por la sociedad. Sin partidos estamos al garete, porque partido implica historia, ideología, programa, liderazgos. Lo que ahora existe, en cambio, en su mayoría, son vientres de alquiler; es decir, organizaciones de latón, inscritas en el registro electoral, pero que no despliegan ninguna actividad. Solo emergen para prestar o alquilar su logo a quienes quieran postular y no cuentan con agrupaciones inscritas. Esa práctica debe ser desterrada porque constituye una estafa política.

Pero no puede negar que los partidos están desprestigiados ante el pueblo. Deben hacer un mea culpa.

En el gobierno aprista la economía creció 7.2%, el mayor crecimiento del hemisferio. Firmamos tratados de libre comercio con 51 países. La pobreza se redujo de 47.1% a 27.8%; es decir, 20 puntos, récord histórico que hizo posible que 2 millones 300 mil peruanos accedan al empleo y 6 millones dejen la pobreza. Se hicieron 150 mil obras, entre ellas el Gran Teatro de Lima, el Estadio Nacional, el Tren Eléctrico. Se construyeron o remodelaron hospitales, entre otros el Hospital del Niño y el Instituto del Corazón, además de 140 colegios, 10 mil kilómetros de vías de comunicación y se electrificaron 112 mil pueblos, con 3 millones y medio de beneficiarios. Eliminamos el analfabetismo, creamos los ministerios de Cultura y del Ambiente. Pusimos en marcha la Alianza del Pacifico, el sistema de integración más exitoso de América y ganamos a Chile en el Tribunal de La Haya. Eso es bastante, ¿no?

Es correcto, ¿pero los errores?

Los conflictos sociales como Bagua o Islay hicieron daño a la imagen del gobierno, así como el caso de los petroaudios y hechos aislados de corrupción que la oposición explotó al máximo, sobredimensionándolos. No supimos organizar la respuesta en medios. En el gobierno de Humala fuimos demolidos mediáticamente. Nos arrasaron. La Comisión parlamentaria investigadora no encontró ningún desbalance patrimonial ni turbidez en la gestión del presidente García, pero los trascendidos y conjeturas rebotaron en la prensa, haciéndolo aparecer como culpable.

Volviendo a las elecciones, ¿cuál es su balance?

Hay hechos anómalos. No es posible que en muchas mesas de Puno o Cusco Castillo tenga 100% de votos y Keiko ni un voto. Hay actas anuladas a favor con el pretexto que no estaba escrito con claridad los resultados, personas detenidas con cédulas marcadas y actas impugnadas por Perú Libre.

Ahora, el presidente del JNE anuncia que el sustento de las actas impugnadas se transmitirá por televisión…

Me parece bien. Fue una buena iniciativa de Mauricio Mulder.

De ganar Castillo, ¿confía en los cambios a su programa?

No confío. Su programa lo ha ido modificando oportunistamente. Es un plan totalitario, que pretende nacionalizar empresas mineras, gasíferas y petroleras, y conducirnos hacia el leprosorio político y económico del chavismo. Cerrón, jefe político de Castillo, ha reafirmado su marxismo leninismo y su plan de gobierno original. Además, Perú Libre depende políticamente del Foro de Sao Paulo, una maquinaria internacional poderosa y con recursos, liderada por Venezuela y Cuba, de la que no podrá librarse. Si ocurriera esa desgracia, y espero que no ocurra, hay que dar la pelea en calles, plazas, en el Congreso. Pero debemos hacerlo todos, porque hay quienes se ponen de lado.

¿Se refiere a los políticos que no han puesto la cara en esta segunda vuelta?

También a empresarios silentes, agachados, dispuestos a ir a la guillotina sin decir una palabra. La familia Wong ha sido un caso excepcional, de enorme valor cívico, que ha permitido que sectores democráticos cuenten con una plataforma mediática a través de Willax. Así debieron actuar otros empresarios, algunos de ellos muy hábiles para constituir oligopolios, para defender la economía de mercado entre murmullos, pero no la libertad, la democracia ni se muestran interesado en dotar de agua, electricidad, servicios básicos a peruanos marginados.

 

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button