No hay muchas investigaciones sobre el sicariato en el Perú, como sí en México y Colombia, países en los cuales esta modalidad delictiva es de más larga data. Hace algunos años, en nuestro país hubo mayor interés académico por el tema. En la actualidad se le da poca importancia, a pesar de que la criminalidad ha aumentado. En el 2017, en el Perú hubo 2,487 asesinatos en general, considerando todos los delitos. El año pasado, 2023, se registraron 2,923 homicidios, de los cuales más de 420 fueron por sicariato.
En el 2019, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a través del Observatorio Nacional de Política Criminal, publicó la investigación “Fenómeno del sicariato en el Perú”.
Según este estudio, Perú ocupaba el décimo lugar en el ranking de homicidios anuales en Sudamérica; en los cinco primeros puestos estaban Brasil, México, Venezuela, Colombia y Guatemala. Luego de cinco años, la situación ha cambiado, pues están primeros Ecuador, Honduras, Venezuela, Colombia y México.
El caso más alarmante es Ecuador, pues en el 2023 este país registró 7,600 asesinatos, casi el doble de los ocurridos en Perú (2,923) ese año. Sin embargo, en nuestro país lo preocupante es la escalada de la extorsión y el sicariato, que generalmente van de la mano y que en los últimos meses están causando muchas muertes.
Hay pocos libros, investigaciones y artículos especializados sobre el sicariato en el Perú. Por ahí hemos visto la obra “El delito de sicariato y sus figuras criminales”, de Henry Huerta Casaverde, un especialista en investigación criminal que fue oficial de la desaparecida PIP, quien aborda el tema principalmente desde el punto de vista jurídico.
Lo que hay son muchas tesis universitarias, pero lamentablemente están en el nivel de la mayoría de las universidades, preocupadas más en los aspectos metodológicos que en la investigación en sí; es decir, no hay mucho que aprovechar.
Según varios especialistas, el sicariato en el Perú se ha incrementado de manera atroz con la llegada de delincuentes extranjeros, especialmente venezolanos. Ese es un punto de partida para el análisis. Otro aspecto importante para tener en cuenta es el incremento de la criminalidad en Ecuador. Analizar el contexto, el entorno, es clave.
Donde hay una banda de extorsionadores, existen uno, dos o más sicarios. Se puede observar ahí una simbiosis. Ese sería el hilo de la madeja, pero hay que trabajar la idea, investigar y analizar para sacar conclusiones y actuar. No solo se trata de hacer más operativos a ciegas, decretar estados de emergencia y aumentar las penas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.