Opinión

“Ladrón de bicicletas”

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Los cineastas, como pintores, los escritores y los músicos, interpretan la realidad y la muestran a su manera ante nuestros ojos o nuestra mente para que la podemos descifrar, sentir y conmovernos. El director Vittorio de Sica, ganador de cuatro premios Oscar, profundizó en los vericuetos de la vida cotidiana para crear obras maestras como “Ladrón de bicicletas”, película considerada como un clásico del neorrealismo cuyas imágenes vinieron a nuestra mente al leer una noticia policiaca.

Vittorio De Sica narra la historia de Antonio, un humilde obrero de la Italia de la posguerra, quien sufre el robo de su bicicleta, una herramienta de trabajo que había conseguido con grandes sacrificios, perdiendo así sus posibilidades de llevar el sustento diario a su hogar. Su hijo, un tierno y sensible niño, crece y madura a la fuerza en compañía de su padre, quien trata inútilmente de recuperar su bicicleta. Esta historia simple sobre un hecho cotidiano, pan de cada día de la gente pobre, fue trabajada magistralmente por De Sica, quien creó escenas impactantes en el espectador, obligándolo a hacerse muchas preguntas y a descifrar las complejas realidades a las que se enfrentan los desempleados y los marginados.

Antonio sufre y llora por no poder ganar un poco más porque ya no tiene su bicicleta, que tal vez fue vendida por el ladrón a cambio de unas cuantas monedas que gastó en drogas. El protagonista del filme imagina y sueña con recuperar su bicicleta, baraja posibilidades y caminos que lo puedan conducir hasta su valiosa herramienta de trabajo.

Decíamos que recordamos esta película por un hecho noticioso. Ocurrió en Los Olivos, donde un tal Joel Llique Muñoz, según un reporte de América Televisión, es conocido como el “Ladrón de la bicicleta” porque ha robado siete veces en una semana. Dicho sujeto es lo opuesto a Antonio, el personaje de la película de Vittorio de Sica que usaba su bicicleta para trabajar y ganarse el pan dignamente.

Cualquier persona con alma blanca y buen corazón querría que el mencionado ladrón de bicicletas de Los Olivos sea detenido y mandado a prisión en honor al recordado Antonio, el pobre obrero al que le robaron su herramienta de trabajo y con ella la posibilidad de ganarse unas monedas más para alimentar a su familia. Resulta que el delincuente ha sido detenido varias veces, pero siempre vuelve a la calle. El comisario de Laura Caller de la jurisdicción de Los Olivos, zona donde opera el ratero, dice que todo depende de la Fiscalía. Hace décadas que el tema de la reincidencia delictiva viene siendo debatido por nuestros políticos. El caso del “Ladrón de la bicicleta” demuestra que solo fueron tiros al aire y nunca se hizo nada al respecto. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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