Opinión

La tiranía globalista avanza en Alemania

Por: Luciano Revoredo

La locura del chantaje medioambientalista no tiene límites y Alemania el otrora gigante de la industria europea y economía modelo del mundo occidental es una de sus más grandes víctimas.

El ministro de Transportes germánico ha propuesto que, en un esfuerzo por cumplir con las cuotas de emisiones adecuadas, se prohíba el uso de automóviles durante los fines de semana y se imponga nuevos límites de velocidad para así reducir la huella de carbono de Alemania. Como es obvio, la idea ha generado un creciente rechazo entre quienes piensan que el gobierno pretende ejercer un control excesivo en nombre de objetivos medioambientales.

El alemán promedio suele ser respetuoso de las normas y muchas veces evita cuestionar lo que supone bueno para el bien común. Sin embargo, los avances de medidas que bajo la apariencia de proteger el medioambiente limitan las libertades, empiezan a generar malestar en la población.

Ya muchos empiezan a ver avances totalitarios en estas políticas, las cuales incluso pueden poner fin a importantes aspectos del desarrollo de la industria alemana, como la también planteada perspectiva de prohibir los nuevos motores de combustión después de 2035 lo que podría tener un impacto significativo en la industria automotriz nativa de Alemania y poner en grave peligro la economía. La coalición de izquierda verde de Alemania está presionando para que tome medidas aún más drásticas para reducir las emisiones de CO2, a pesar de que el país solo contribuye con el 2 % de las emisiones globales.

A esto se suma una nueva medida gubernamental que busca desalentar el consumo de carne en aras de políticas ambientales y la lucha contra el cambio climático podría enfrentar pronto a los agricultores y productores de carne, ya que según informes locales, Zukunftskommission Landwirtschaft (ZKL), un comité asesor en agricultura, ha propuesto un aumento del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a las carnes del 7 % al 19 %.

La propuesta ha sido respaldada por el ministro de Agricultura y miembro del Partido Verde, Cem Özdemir. De acuerdo con el periódico Bild, Özdemir ha defendido por mucho tiempo el aumento de los precios de la carne con el fin de financiar mejores condiciones para la ganadería. Mientras tanto, sugiere eliminar el impuesto sobre la venta de frutas y verduras para mejorar la salud.

Estas medidas extremas son parte de la totalitaria Agenda 2030 que pretende meterse hasta en las ollas y las cocinas de la gente. Lo de Alemania solo es un ejemplo aislado de lo que viene si no reaccionamos a tiempo.

Mientras la población reacciona, tal como sucedió en Holanda hace un tiempo, con grandes protestas de los agricultores e incluso con el sorprendente incendio de la fábrica de carne sintética de Bill Gates, se sabe que los agricultores alemanes no están satisfechos con estas propuestas, ya que han llevado a cabo protestas masivas este año en contra de las políticas climáticas, la burocracia y los aumentos de impuestos del gobierno. Las medidas impopulares han reducido la confianza en el gobierno.

Hay que frenar a tiempo estos avances del totalitarismo globalista.

(*) Analista político.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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