Opinión

La segunda guerra fría se calienta peligrosamente

Por: Ángel Delgado Silva

En la medida que Donald TRUMP fracasa en sus intentos por terminar la guerra en Ucrania y restablecer las relaciones comerciales con Rusia, avanzando en el nuevo mundo tripolar con China y USA (superando los problemas de unilateralismo hegemónico nacidos tras el hundimiento de la Unión Soviética), escalan los factores para la confrontación nuclear, en un futuro no lejano.

Al margen de su estilo patán y sus exabruptos, el presidente tenía plena conciencia que el conflicto ucraniano estaba perdido irremediablemente. Moscú se había impuesto militarmente y resultaba fortalecido en lo económico debido a la ineficacia de las sanciones occidentales. Estas, más bien, han perjudicado a los europeos al desabastecerlos de gas ruso barato. La energía alternativa, que ahora compran, es más cara y explica la caída de la producción fabril.

A pesar de la contundencia fáctica, un empecinamiento temerario y suicida se ha abierto paso. Ha dado lugar a una coalición de la terquedad, que cierra los ojos ante la realidad. Ahí pululan los Zelenski deslegitimados, los dirigentes de la Unión Europea cuestionados en sus países y los belicistas de USA que arriesgan la paz mundial por sus mezquinos intereses.

Sin duda, la locura colectiva es mala consejera. Siendo imposible sostenerse en el campo de batalla, han optado por la guerra sucia, a través de actos de sabotaje en la retaguardia, contra objetivos civiles, que los rusos no han dudado de calificar de terroristas. Y como es natural, aunque el daño militar fuera nimio, sí da pretexto para que la respuesta del Kremlin sea terrible, vasta y demoledora.

Tanto bombardeando con misiles y drones de alta tecnología, como a través del avance de tropas y blindados que ocupan nuevos territorios. La provocación insensata de Kiev, la OTAN y los guerreristas de toda laya, ha llevado a la desgraciada Ucrania a una peor situación y aleja cualquier alto el fuego.

Nadie cuestiona la derrota ucraniana. Pero en lugar de negociar las mejores condiciones para la paz, se prefiere el desenlace militar como el único camino para terminar la guerra. ¡Al diablo los costos humanos y materiales ucranianos! No contentos, derrotados hoy, juegan al revanchismo iluso. Apuestan por la carrera armamentista y exacerban sentimientos ruso-fóbicos; aunque su debilidad sea extrema. Ingenua maniobra para crear condiciones que empujen a USA a ingresar a la beligerancia. Por cierto, aislando las posturas que TRUMP tiene al respecto.

De proseguir por dicho sendero proceloso y de alto riesgo, la paz mundial será una tentación inalcanzable. El horizonte que se vislumbra será más peligroso que nunca. Salvo que la razón y la buena fe posean la fuerza moral y política para frenar a las tendencias belicosas que agitan por todo el orbe.

(*) Abogado constitucionalista.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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