Opinión

La Resistencia Democrática

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

En el 2016, en Austria, el Tribunal Constitucional anuló las elecciones presidenciales, ganadas por el Partido Verde por la mínima diferencia de 30,853 votos, debido a irregularidades en el recuento.

“Las elecciones no son un juego”, preciso entonces el presidente de ese tribunal, Gerhart Holziger, al indicar que dicha medida no “convierte a nadie en perdedor o ganador” y sí contribuye a “fortalecer” la confianza en la democracia.

Para quienes hoy manejan el sistema electoral peruano -salvo contadas excepciones- las elecciones sí son un juego: un juego desembozado y corrupto de intereses y preferencias políticas como ha quedado en evidencia durante todo este proceso electoral distorsionado por la parcialidad y la manipulación que tuvo su epítome en la contramarcha del viernes, inducida por Perú Libre y pergeñada por el Presidente del JNE de apellido Salas, mediante un “recurso de reconsideración” presentado contra la resolución que él mismo había firmado por la cual se amplió  el plazo para la presentación de nulidades de actas.

Más allá de las opiniones vertidas luego por súbitos expertos en temas electorales -varios de ellos vinculados al propio JNE-, lo cierto es que es un ejercicio de cinismo seguir hablando de absoluto respeto por un organismo copado por la caviarada y que ha actuado durante todo el proceso con evidente desprecio manipulatorio por principios elementales de la democracia.

En la conjura múltiple de comunistas con caviares, no pueden faltar los felipillos de todos los pelajes que ahora tratan de colocarse con Cerrón/Castillo tal como ocurrió en otros países -Cuba, Nicaragua, Venezuela- donde los rojos se enmascararon inicialmente de demócratas respetuosos de la empresa privada para luego poner en marcha el Estado socialista totalitario previsto en el plan de gobierno de Perú Libre, calcado de la revolución cubana. A esos felipillos, los botarán inexorablemente, después de usarlos.

Más allá de este manchado proceso electoral, en Perú Nación vamos a construir una Resistencia Democrática que ponga en evidencia cómo y por qué, a través de una Revolución Pacífica, nuestro sistema democrático es la única opción para llegar a la justicia social sin corrupción y con plena vigencia de los Derechos Humanos y las libertades públicas.

(*) Presidente de Perú Nación    

Presidente del Consejo por la Paz

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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