Opinión

La práctica de omitir la verdad (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Afirmábamos ayer que la propia Maricarmen Alva dio una pista de cómo es eso de omitir el tratamiento periodístico —acopio de información, investigación, contraste de fuentes, etc.— y publicación de determinados temas para evitar que algún político salga maltrecho. Según los audios difundidos por “Hildebrandt en sus Trece”, la presidenta del Congreso estaba indignada porque en Canal 9, en el programa que conduce Pamela Vértiz, habían publicado la nota sobre su criticada reacción en el Congreso ante el discurso de la alcaldesa de Ocoña, a quien le dijo “¡Esta es mi casa!”.

A Maricarmen Alva incluso se le escucha decir, en alusión a Pamela Vértiz: “Yo la paré… Me pide disculpas… Yo le digo: ‘oye, flaca, como la conozco, ¿qué te pasó?’… Y me dijo: ‘ay, perdona, yo quería tocar otro tema’”. La conductora no ha desmentido la “cuadrada” que supuestamente la presidenta del Congreso le dio, solo publicó un breve tuit: “Un político que se precie de democrático, jamás reclamaría un periodismo sin voz crítica, condescendiente. Un periodista serio jamás abdicaría de esa misión. Mi voz siempre firme y fuerte”. Es decir, un tiro al aire para salir del paso. Nada de encarar a la congresista y responder a lo que dijo de ella, que le pidió perdón y que quería omitir el incidente con la alcaldesa.

A propósito, en su libro “La información del silencio…”, el periodista español, Alex Grijelmo da luces sobre esta práctica periodística. “Silencio y ausencia suelen resultar palabras sinónimas. La ausencia es a menudo omisión: alguien decide que algo no ocurra, o no ofrece los datos necesarios para que algo se comprenda”, afirma el también exjefe de edición de El País y expresidente de la agencia EFE.

En los programas televisivos dominicales del último fin de semana hubo abundantes informes, crónicas y entrevistas contra el Gobierno, lo que no está mal, pues hay que informar, pero no sacaron nada de la reunión celebrada en un hotel de Miraflores donde, según diversas denuncias, se habría estado tramando una estrategia legal para vacar al presidente.

No hablemos de “golpe”, porque no se puede dar, pero dicha reunión, positiva o negativa, beneficiosa o nociva, sí ameritaba un seguimiento periodístico. Sin embargo, se quedaron calladitos. Ya lo decía Cicerón: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. Por eso el lema de La Noticia es: “Los tiempos cambian; la verdad, no”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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