Opinión

La pobreza en el Perú

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

Las cifras presentadas por el INEI sobre la pobreza en el Perú simplemente ratifican una verdad conocida y perfectamente palpable: que la miseria ha aumentado de forma alarmante en los últimos años, básicamente por la ausencia de inversión privada como consecuencia de la inestabilidad y falta de confianza, y por la corrupción e ineficiencia de quienes manejan el Estado, hábiles robando, pésimos gestionando.

Es increíble, por ejemplo, que los 800,000 receptores de Pensión 65 reciban S/250 bimensuales, o sea S/125 mensuales, cifra que está muy por debajo del límite mínimo necesario para sobrevivir y cubrir las necesidades elementales establecidas por el INEI en S/446 mensuales.

Si quienes reciben Pensión 65, que han trabajado toda su vida para luego morirse de hambre, percibieran el sueldo mínimo de S/1.025, el costo para el Estado se incrementaría en 10,000 millones de soles anualmente. Los corruptos nos roban alrededor de 25,000 millones de soles de las arcas fiscales y, como diría Humberto Martínez Morosini en su jerga futbolística, aquí no pasa nada.

Cuando hablamos de “pobreza monetaria” nos referimos a la situación económica de quienes tienen ingresos que no les permiten cubrir el costo de la canasta básica alimentaria y no alimentaria. No incluimos la ausencia de servicios básicos como agua, desagüe, electricidad y telefonía móvil e internet que afecta a más del 80 % de las poblaciones de Loreto, Ucayali, Huancavelica y Puno y, en porcentajes menores pero altamente significativos, a otras regiones del país.

Hay que agregar a los peruanos que sobreviven en pobreza extrema y que suman alrededor de un 5.7 %, con lo que redondeamos una situación de profunda crisis que constituye un poderoso caldo de cultivo para las tentaciones extremistas y las vocaciones totalitarias.

La fórmula para salir de esta lamentable situación no es de corto plazo, pero es clara: gestión eficiente del Gobierno con pago efectivo de la deuda social, eliminación de la corrupción, recuperación de la confianza del sector privado, promoción de la innovación y consolidación del sistema democrático. Una auténtica revolución pacífica como la que plantea Perú Acción.

Nada de lo cual podrá hacerse con la partida de oportunistas y corruptos que ocupan el Poder.

(*) Presidente de Perú Acción. Presidente del Consejo por la Paz.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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