La peregrinación al santuario del “Señor de la Nieve Brillante”

Qoyllority, una festividad donde comulgan la fe y la tradición

La festividad en honor al Señor de Qoyllority —significa “Señor de la nieve brillante”— se lleva a cabo entre mayo y junio. Su historia se remonta a 1780, cuando Mariano Mayta, un niño indígena que pasteaba su ganado en el nevado de Qolqepunku, vio a otro niño de nombre Manuelito, vestido con ropas muy caras y brillantes.

Cuentan que cuando un sacerdote se acercaba al niño, que despedía luces, este se corrió y se perdió dentro de una roca, donde luego en una piedra aparecería grabado el rostro del Cristo crucificado.

El lugar se convirtió en el santuario de Qoyllurity y está ubicado a 4,600 sobre el nivel del mar. Para llegar hasta allí los peregrinos tienen que caminar nueve kilómetros, venerando a su paso 14 cruces que están a lo largo del camino. La caminata dura cinco horas y pueden llegar hasta 200 comparsas.

Se hacen presentes grupos de bailarines que acompañan la procesión y simbolizan personajes míticos e históricos del mundo andino, como los Qhapaq Qolla y el Puka Pakuri, así como el Llaqtayoc de Ocongate. Los más admirados y respetados son los ukukus de Paucartambo y Quispicanchis, personajes de la mitología andina que, se dice, son mitad humanos y mitad osos.

Los ukukus no paran de bailar y son los encargados de poner orden en la fiesta porque se les considera protectores de Qoyllurity. Los ukukus son temidos porque llevan un látigo, con el que azotan a los nuevos miembros de su hermandad como rito de iniciación.

Era tradición que, al subir al nevado de Qolquepunku, llevaran al tercer día enormes bloques de hielo cargados en la espalda, por considerar que era agua con propiedades benditas.

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