Opinión

La nueva Pinchi Pinchi (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El caso más emblemático de colaboración eficaz en el Perú es el de Matilde Pinchi Pinchi, quien fue secretaria de Vladimiro Montesinos durante el régimen de Alberto Fujimori, pero el de Karelim López, sindicada como amiga del presidente Pedro Castillo, parece amenazar con pasar al primer lugar en el ranking. Por el momento, la lobista no ha presentado ningún video u otra prueba contundente, como la Pinchi Pinchi, pero los medios de la gran concentración le prodigan una cobertura espectacular. Eso no está mal, pues el periodismo debe estar en todas. Lo que extraña es que prácticamente miraron para otro lado cuando el empresario Giancarlo Bertini regresó al Perú, se entregó a la justicia y pidió acogerse a la colaboración eficaz para delatar a los involucrados en el caso Cócteles contra Keiko Fujimori. Allí casi todos hicieron mutis, “chitón boca”, como se decía antaño.

Matilde Pinchi Pinchi tenía 44 años cuando conoció a Montesinos y empezó a trabajar en el SIN de secretaria, llegando a convertirse en la confidente del exasesor y testigo de sus fechorías. Karelim López, de 41, es empresaria, lobista y “organizadora de eventos”, actividad esta última que parece usar como carnada para introducirse en los círculos del poder político y económico.

Curiosamente, la colaboración eficaz se implantó en el Gobierno de Alberto Fujimori, en los años 90, no precisamente para los casos de corrupción, sino para identificar y capturar a terroristas. Años después se empezó a usar como mecanismo delator de la corrupción. En una entrevista con César Hildebrandt, la exsecretaria de Montesinos contó que ella fue quien entregó los vladivideos —incluso ese donde aparece Beto Kouri recibiendo US$15,000— y que, según sus cálculos, al SIN entraban aproximadamente US$9 millones que eran destinados exclusivamente al pago de coimas.

La Pinchi Pinchi entregó pruebas con evidencias irrefutables, como videos, audios, documentos e hizo una narración de hechos cuya veracidad pudo demostrar. Karelim López ha hecho algunas revelaciones para ser aceptada como colaboradora eficaz, pero su solicitud aún no ha sido aprobada.

Hablando en términos jurídicos, el testimonio de un colaborador eficaz carece de dos requisitos: idoneidad moral del testigo —una vida que permita presumir que dice la verdad— y ajenidad —no tener interés en el caso, por lo que se asume que da a conocer hechos ciertos—, por lo que, como decíamos, la duda siempre está ahí. Por el momento vemos una gran diferencia entre la Pinchi Pinchi y Karelim López como colaboradoras eficaces. Esperemos que al final se sepa la verdad, caiga quien caiga. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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