Opinión

La nueva Pinchi Pinchi (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Durante los últimos días de diciembre pasado, América Televisión y los demás medios satélites del grupo El Comercio promocionaron el llamado “audio bomba”, que supuestamente iba a provocar la caída de Pedro Castillo. Muchos esperaban escuchar la voz del presidente pidiendo un soborno, un verdadero terremoto político. El domingo 5 de diciembre, “Cuarto Poder” emitió el esperado audio, pero este solo causó un temblor casi imperceptible en Palacio de Gobierno. Luego de dos meses y medio, el último sábado 26, Panorama anunció un informe sobre declaraciones dadas por Karelim López ante un fiscal y la prensa en general, interpretando el tenor del anuncio, informó que la lobista había confesado delitos y que tenía como cómplice Castillo. Sin embargo, no fue ni lo uno ni lo otro.

Posteriormente, cuando ya se habían anunciado mociones de vacancia, comisiones de investigación y marchas de protesta contra Castillo, César Nakazaki, abogado de Karelim López, desmintió que su patrocinada haya confesado haber acusado de corrupto a Castillo y ser su cómplice. Precisó que, más bien, pidió a la Fiscalía que se investiguen algunos negocios que hizo, en los que presume hubo actos ilícitos que ella desconocía.

En una entrevista emitida el mismo domingo, la periodista Mónica Delta le preguntó a Nakazaki, por qué Karelim acusa al presidente Castillo de ser el cabecilla de una mafia. Y Nakazaki respondió: “No, lo que ella aprecia es que hay varias líneas de negocios privados que tienen como centro Sarratea, y que es con el beneplácito o con el aprovechamiento del presidente (…) Los titulares que han sacado (los medios) no son los que aparecen en su declaración”. Los medios también informaron que, según Panorama, la empresaria había dicho que se había reunido con Castillo, a lo que el abogado respondió: “¡Jamás!”. Otra “bomba” se había desinflado.

Sin embargo, hay que reconocer que sí hay indicios de corrupción. La Fiscalía tiene que investigar las millonarias licitaciones dadas por el Gobierno sin aparente sustento, asunto del que Karelim López parece saber mucho. Ha quedado demostrado que, en la casa de Sarratea se estaban realizando sospechosas reuniones de empresarios, políticos y allegados a Palacio de Gobierno. Karelim López se ha convertido en una suerte de Matilde Pinchi Pinchi, la exsecretaria de Vladimiro Montesinos que delató las tropelías del gobierno de Alberto Fujimori. Sin embargo, Karelim ha caído en muchas contradicciones y también se le han pescado algunas mentiras, por lo que su testimonio debe ser tocado con pinzas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba