Opinión

La nueva correlación de fuerzas (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El concepto de la correlación de fuerzas es utilizado desde teóricos antiguos como Gramsci y Maquiavelo hasta filósofos contemporáneos, cada uno desde su concepción de la sociedad y la forma en que, según ellos, se pueden resolver los problemas económicos y culturales para encontrar el camino del desarrollo. Lo emplea el mismo Francis Fukuyama en su teoría sobre la construcción del estado democrático liberal. También el coreano Buyng-Chul Han al abordar las nuevas técnicas de poder en la sociedad actual. Nuestros políticos no pueden prescindir del análisis de la correlación de fuerzas entre el Ejecutivo y el Legislativo, más aún cuando se han dado renuncias en varias bancadas y nacido nuevos grupos parlamentarios en los últimos meses.

Luego de las elecciones presidenciales, la bancada más numerosa era la de Perú Libre con 37 escaños. Sin embargo, en diez meses el oficialismo ha perdido 15 miembros en el Congreso, por lo que ahora solo tiene 22 curules. Las bancadas que podrían respaldar al Gobierno en importantes proyectos serían, además, Acción Popular (15), Bloque Magisterial (10), Perú Democrático (7) y Cambio Democrático —ex Juntos por el Perú— (5). En total serían 59 votos, a los que podrían sumarse, por cierta afinidad o intereses personales o de grupo, algunos de Alianza para el Progreso (15) —ha mostrado una posición dividida—, de los no agrupados y/o restarse otros de AP.

Por su parte, las bancadas de la derecha también han perdido o ganado miembros. Renovación Popular empezó con 13 escaños y ahora tiene 9, mientras que Avanza País pasó de 7 a 10; la única bancada que no ha tenido renuncias ni incorporaciones es Fuerza Popular (24). Entre estos tres partidos, que interpretan el papel de la oposición más radical al Gobierno, hacen 43 votos y en las votaciones de importancia podrían sumarse algunos más de las bancadas de centro o centroderecha.

Así las cosas, es más fácil que el oficialismo, con 59 votos fijos, pueda sumar más que la oposición, que tiene 43. Para aprobar una moción de vacancia presidencial, por ejemplo, se necesitan 52 votos y, como ya lo ha demostrado, al oficialismo no le resulta tan difícil conseguirlos. Aprobar una moción de censura es más fácil, pues se necesitan 66 votos y por eso ya varios ministros han sido censurados o renunciaron antes de pasar por la vergüenza del desaforo.

En base a esta nueva correlación de fuerzas deben trabajar los congresistas, tanto de la izquierda como de la derecha, para lograr sus objetivos: la aprobación, mejoramiento o derogatoria de leyes por el bien de la población. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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