Opinión

La filosofía política (I)

Por: Iván Pedro Guevara Vásquez

Un nivel importante del conocimiento político viene a estar dado por la filosofía política. En un sentido amplio, la filosofía política está estrechamente vinculada con el pensamiento político, y éste a su vez con concepciones de los sistemas o formas de gobierno de la sociedad y del Estado que se han dado a través de la historia, partiendo por la Edad Antigua, en donde los griegos, en particular en Atenas, crearon la democracia como forma de gobierno en la cual la población participa directamente del gobierno de la ciudad Estado.

La democracia, como su mismo significado etimológico lo indica, es el gobierno del pueblo, y actualmente es la forma de gobierno mayoritariamente aceptada por la humanidad en los diversos países existentes.

Pero también actualmente hay un sector minoritario de la humanidad que tiene en sus países no una democracia como forma de gobierno, sino una autocracia, ya sea bajo la forma de un solo partido político gobernante y sin elecciones generales, bajo la forma monárquica civil o la forma monárquica teocrática de Estado, bajo la forma de una dictadura militar, etc.

Pese a ello, la tendencia universal es hacia la democracia, en armonía con los mejores ideales políticos. Y para sostener ese signo de los tiempos nuevos está precisamente la filosofía política.

Sin embargo, al igual que la filosofía del derecho que admite tanto un iusnaturalismo (derecho natural) como también un iuspositivismo (positivismo jurídico), del mismo modo en la filosofía política hay dos tendencias: la que se adapta a cualquier forma y sistema de gobierno, incluyendo a la autocracia, y la que se condice y corresponde con la democracia.

Ello hace a Mario Bunge afirmar en su obra “Filosofía Política” que la filosofía política ha sido acusada de ser oportunista -en lugar de guiarse por principios- e imprecisa, así como de estar relacionada solo vagamente con el grueso de la filosofía.

Si la política es la administración de la cosa pública, el conocimiento que establece la orientación y finalidad de tal administración viene a ser precisamente la filosofía política, trazando o marcando el camino que debe de recorrer la teoría política, con la aplicación propia de la ciencia.

La visión filosófico-política es determinante, pues implica el reconocimiento del componente ideológico en la persona del político. Como la política es ejercida por personas humanas y no por máquinas, es inevitable hacer política con la presencia de lo ideológico en cada político.

(*) Analista politico

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