Opinión

La derrota de la izquierda caviar

EDITORIAL

Lo mencionábamos en una columna días antes de las elecciones, hay dos izquierdas, la más visible es la capitalina y que hace turismo cuando se desplaza a provincias, de élite, cuasi académica y light. Una izquierda que está a la expectativa de las nuevas corrientes progresistas de Europa para importarlas y lanzarlas, sin el menor análisis, como banderas de lucha. Esa es la izquierda denominada ‘caviar’. La otra izquierda, más radical y ortodoxa, sorpresivamente ocupó el primer lugar en las elecciones y, por sus características e implicancias en el espectro político, social y económico, analizarla precisa de un espacio aparte.

La izquierda caviar no solo está formada por un partido, Juntos por el Perú, sino también por el Frente Amplio y otras agrupaciones de menor importancia y escasa o nula representatividad. La mayor derrota en las elecciones del 11 de abril, por el lado de la izquierda, la recibió precisamente Juntos por el Perú, con su lideresa Verónika Mendoza a la cabeza.

El origen de ese fracaso no solo está relacionado con la posición política e ideológica, no es exclusivamente de raigambre doctrinaria, sino también de constitución. Es necesario repasar un poco de su historia para ensayar conclusiones. Juntos por el Perú fue creado en mayo del 2017 por el Partido Humanista —recordemos que cedió su inscripción electoral para ese propósito— y el frente Únete, integrado a su vez por Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, Movimiento por el Socialismo, Partido Comunista Peruano-Unidad  y el Partido Comunista del Perú, a los que posteriormente se sumó el movimiento político Nuevo Perú, que incluso llegó a tener una bancada integrada por Marisa Glave e Indira Huilca, entre otros. Luego de las elecciones legislativas del 2020, Fuerza Social y Ciudadanos por el Cambio decidieron alejarse de la coalición.

Juntos por el Perú, pues, es un conglomerado de organizaciones políticas de izquierda que asumió la vertiente ‘caviar’ para tratar de ganar espacio en el espectro político. Respaldar corrientes como el feminismo extremo, que se basa en el odio de la mujer al hombre; la ideología de género, camuflada en enfoque de género; y el desconocimiento de la realidad peruana, fueron las principales causas del fracaso de la llamada izquierda ‘caviar’.

El debate que Sigrid Bazán tuvo con Adriana Tudela, de Avanza País, semanas previas a las elecciones, fue una muestra patética de la realidad de la izquierda ‘caviar’. La candidata izquierdista, que se vanagloriaba de recorrer asentamientos humanos y clubes de madres, no sabía cuánto cuesta un pasaje del Metropolitano. Pero la suerte es tal que Sigrid Bazán fue elegida congresista. Por eso estamos como estamos.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button