Opinión

La corrupción, de tiburones a pirañitas

Por: Wilson Quispe Mamani

En las últimas elecciones presidenciales el pueblo peruano votó por el cambio económico y político. A pesar de la campaña millonaria que realizó la derecha para financiar a Keiko Fujimori y otros candidatos, los ciudadanos no se dejaron engañar y votaron en primera y segunda vuelta por el cambio.

No se puede defraudar a la población, ofreciendo honestidad en la campaña electoral y hacer todo lo contrario cuando están en el gobierno; como Toledo, Ollanta y Villarán que decepcionaron a sus electores. El pueblo ya está cansado de los políticos tradicionales y por eso votó por una nueva alternativa.

Si existen indicios de corrupción en este gobierno, debe apoyarse las investigaciones y sancionarse drásticamente a los culpables. Si en los casos de corrupción, está involucrado el presidente Castillo, directamente o indirectamente, tiene que asumir las consecuencias penales y constitucionales de sus acciones y omisiones.

No estoy de acuerdo en que se deba callar o minimizar la corrupción a nombre de la gobernabilidad o para cerrarle el paso a la derecha conservadora y golpista. Debemos ser claros con el pueblo que nos eligió y demostrarle que somos consecuentes en combatir la corrupción, venga de donde venga.

El pueblo peruano votó para acabar con el neoliberalismo y la corrupción, por una nueva Constitución democrática y popular, para que la economía sirva al pueblo y no a los de siempre. La Constitución de 1993 es el instrumento legal que garantiza la continuidad del modelo económico y la corrupción, por eso debe ser cambiada.

El pueblo no votó por un gobierno de caviares y de oportunistas. En el último proceso electoral, el Frente Amplio y Juntos por el Perú, presentaron la candidatura de Marco Arana y Verónika Mendoza respectivamente, quienes perdieron las elecciones, pero actualmente cogobiernan con Castillo y “los chotanos”.

Las denuncias a funcionarios que han sido nombrados por Castillo, como Aníbal Torres, Pedro Francke, Bruno Pacheco y otros, deben ser investigados por el Ministerio Público y si hay responsabilidad deben ser sancionados por el Poder Judicial. No se puede conciliar con la corrupción.

Diferenciar al pueblo que quiere cambios y a la derecha golpista que quiere vacar al presidente Castillo. La derecha no aceptó su derrota, porque no quiere perder sus privilegios empresariales y quiere seguir controlando el Estado a través de “la puerta giratoria”. No olvidar a Odebrecht, el Club de la Construcción y otros corruptos.

El pueblo quiere cambios y debemos luchar para que se respete la voluntad popular. Pero no es correcto conciliar con la corrupción, para defender la llamada “gobernabilidad”, que en el fondo es la defensa del statu quo. El pueblo no votó para cambiar tiburones de la corrupción por pirañitas, igual de corruptos.

(*) Congresista de la República por Perú Libre

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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