Opinión

La cabeza está podrida

Por: Omar Chehade Moya

El martes pasado después de cinco días de espera, el presidente Pedro Castillo juramentó al nuevo gabinete ministerial. Después de tantas patinadas y de haber designado a su tercer y brevísimo premier, Héctor Valer, en tan solo 6 meses, había prometido “recomponer el gabinete” y según sus propias palabras, tener un nuevo equipo ministerial “de ancha base” en la que habría los mejores profesionales y políticos de varias tendencias.

Finalmente, esto no se llegó a dar. Por lo contrario, conformó un gabinete ministerial de choque, confrontacional, en la que algunos de sus ministros están manchados con la sombra de la duda y las denuncias. Es el caso del nuevo titular de Salud, Hernán Condori, quien el propio Colegio Médico ha señalado que tiene denuncias en ética, además de ser cercano al inefable Vladimir Cerrón a quien demuestra admiración en sus redes sociales. Está denunciado por actos de corrupción en la región Junín.

Pero en lo más sorprendente de este flamante y flamígero gabinete de ministros es que está al mando del polémico, grosero y violento “hombre de leyes”: Aníbal Torres Vásquez, que hasta hace poco se desempeñó como ministro de justicia y escudero del presidente de la República. En conclusión, Pedro Castillo se volvió a burlar del país, mintiéndole de una forma descarada.

Un día dice una cosa, y al otro día hace otra, exactamente lo contrario de lo que prometió. La pregunta es: ¿Pedro Castillo miente y se contradice solo porque es un tipo torpe e ignorante? ¿o lo hace adrede porque tiene en el fondo una coartada para lograr sus oscuros objetivos? Lo cierto del caso, es que, la mano de Vladimir Cerrón en la designación del nuevo gabinete está acreditada. Ha colocado a dos ministros que son congresistas de la bancada oficialista de Perú Libre, pero también ha juramentado ministros que son parlamentarios de otras bancadas como Somos Perú, Juntos por el Perú y Perú Democrático, con los que aseguraría los votos para su NO VACANCIA que podría interponer pronto la oposición en el Parlamento.

Castillo y este régimen putrefacto saben que les queda poco oxígeno a su gestión, y que el 70% de la población desaprueba su desgobierno. Solo en Lima capital, su desaprobación excede largamente el 80%, y hasta las clases más populares quieren que se vaya a su casa. Los medios de comunicación y la opinión pública en general le exigen que renuncie porque está destrozando el país.

Sin embargo, estoy seguro que el profesor Castillo no se va a ir porque no tiene dignidad, como la gran mayoría de los esperpentos que lo acompañan en el gobierno. Tampoco es solución el cambio de ministros o de gabinete, porque el Perú tiene un sistema semi presidencialista, por el cual el presidente es jefe de estado y jefe de gobierno al mismo tiempo con poderes omnímodos. Los ministros serán solo fusibles de las torpezas y maldades del primer mandatario. Por tanto, si la cabeza está podrida, no queda más solución que decapitarla a través de mecanismos constitucionales. Las calles y el Congreso son esas vías.

*Ex Vicepresidente y ex Congresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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