Hoy se cumplen 30 años de la captura de Abimael Guzmán Reinoso
El cabecilla de Sendero Luminoso fue atrapado por el GEIN en una vivienda ubicada en el distrito de Surquillo
Un 12 de septiembre de 1992 personal de élite de la Policía Nacional del Perú, denominado Grupo Especial de Inteligencia (Gein), logró capturar al cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reinoso, con lo cual comenzó el inicio de pacificación del Perú que se encontraba preso del terrorismo.
Hoy se cumplen 30 años de aquella captura que cambió los destinos de nuestro país. El Perú de hace tres décadas se estaba desangrando víctima de una escalada de violencia que el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso había comenzado en 1980.
Basta graficar que solo en 1991 este grupo terrorista había cometido más de 900 atentados que cobraron la vida de 400 personas y al año siguiente, 1992, otras 350 personas fueron asesinadas en una cifra similar de hechos de violencia, por la insania terrorista.
El 5 de marzo de 1990, en el corazón de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), se creó el Grupo Especial de Inteligencia (Gein) y el mayor Benedicto Jiménez Bacca fue designado su jefe.
La sexta operación del Gein (22 de junio de 1991), posibilitó “la neutralización del aparato partidario Socorro Popular del Perú”, un órgano de fachada de SL. Y así. La undécima es “Victoria”, operación llamada también “La captura del siglo”, y empezó a ejecutarse el 12 de setiembre de 1992, permitió la caída de Guzmán, quien se ocultaba en una casa de dos pisos, en el número 459 de la Calle 1, de la urbanización Los Sauces, en el distrito de Surquillo.
Una vivienda clasemediera que, supuestamente, solo ocupaban la bailarina Maritza Garrido Lecca y su pareja, Carlos Incháustegui, desde mayo. Ella impartía clases de danza. Era la fachada perfecta.
Los agentes del Gein desde “El Palomar”, una vivienda cercana, hacían la Observación, Vigilancia y Seguimiento (Ovise). Identificaron a los sospechosos como “Lola” y “Lolo”, respectivamente.
En clave, también, se referían a Guzmán como “El Cachetón”. Este trabajo de inteligencia policial no conocía horarios, e implicaba hasta 18 horas de labor. A veces sin alimentos y por un sueldo irrisorio.
El paradero de Guzmán había sido muy difícil de ubicar y sumemos que lo que la policía conocía de él era solo una vieja foto de 1979. Por ello, fue muy importante las cintas que halló la policía en diciembre de 1991, en una casa de Santa Catalina, donde en unas cintas de video se ve al líder terrorista bailando “Zorba, el griego”.
Todo el tiempo, Guzmán estuvo en Lima moviendo los hilos del terror. Solo cuatro días antes de la captura, toda Lima había quedado en tinieblas, cuando SL dinamitó varias torres de electricidad. Como afirma Miyashiro, fue gracias a un destello en el segundo piso de la vivienda vigilada, que se confirmó que había otras personas que habitaban en esa casa.
Minutos después de las 8 pm de ese sábado 12 de setiembre de 1992, un cuerpo élite de la policía antisubversiva ingresó a esa vivienda surquillana: y dio con Guzmán Reinoso, el “presidente Gonzalo”.
Los agentes “Ardilla” y “Gaviota”, que aparentaban ser una pareja y tomaban una gaseosa en una tienda aledaña, aprovecharon la salida del tío de la bailarina, el compositor Celso Garrido Lecca, y su pareja, Patricia Awapara, quienes habían ido de visita. Era un momento irrepetible e ingresaron a la vivienda usando la fuerza. Miyashiro manifiesta que 15 agentes del Gein participaron de esta operación.
Cuando se confirmó la identidad de Guzmán, se escuchó “positivo para el Cachetón”. Y luego, por radio, se escucharía, “¡Bingo, bingo, tenemos al Cachetón!”. Todo sucedía en el segundo piso de esa casa. La operación había dado sus frutos. Los peruanos podrían dormir tranquilos.