Para nadie es un secreto que varios países de la región que son producto del “Foro de Sao Paulo” e hijos del ”Alba”, luego de la caída del golpista Pedro Castillo y su posterior encarcelamiento, le han jurado la guerra política y diplomática al Perú, porque obviamente se les cayó una ficha importante geopolíticamente en el tablero rojo que manejaban, además de insultar a la presidenta constitucional de nuestro país, Dina Boluarte, con ataque arteros, a mansalva, denominándola “Dina asesina”, “presidenta usurpadora” y que se mantiene, supuestamente, a través de un gobierno cívico militar, que mata, reprime y tortura a unos “pobres manifestantes”.
El exterrorista, hoy presidente de Colombia, Gustavo Petro, con todo desparpajo ha injuriado a nuestra noble Policía Nacional diciendo que son “nazis” que reprimen a su propio pueblo.
Pero el más cínico de todos es el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien señala que el Congreso le ha dado un golpe de estado al expresidente Castillo, y que lo tiene secuestrado en una cárcel común, porque la derecha “no soportaba que un pobre campesino del pueblo haya llegado a la presidencia de la República”.
Tuvo el desparpajo de solicitar internacionalmente su liberación y que sea repuesto en la jefatura de estado, cambiando totalmente la narrativa del golpe de estado que consumó Castillo en vivo y en directo, y además de manera ilegítima y absurda se niega a entregar la presidencia pro tempore de La Alianza del Pacífico al Perú.
Gabriel Boric en Chile también se ha atrevido a criticar “la penosa situación de Castillo” y de criticar hechos y acciones soberanas del Perú, como poner orden y rescatar de delincuentes a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, criticando acremente la intervención de la Policía peruana, que dicho sea de paso no ocasionó ni heridos ni muertos.
El presidente Luis Arce de Bolivia y el propio Alberto Fernández de Argentina también han ido “al auxilio de Castillo” aunque en tonos más diplomáticos, y han sugerido la intervención de la OEA y de diversos organismos de Derechos Humanos en el Perú.
En conclusión, están tratando de ganar la narrativa, cambiándola, al punto que Castillo ya no dio un golpe de estado, ni corrompió al país, sino más bien que el Congreso derechista apoyado por las Fuerzas Armadas, dio un golpe a la democracia contra un humilde presidente al que lo tienen de prisionero, y en que el Perú se vive una convulsión social que reclama la liberación y reposición del corrupto y golpista ex presidente, Pedro Castillo; es decir, el mundo al revés.
El jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels decía: “que mientras la mentira sea más grande era más creíble”. La izquierda y el comunismo internacional nos están tratando de ganar la narrativa de la historia, y eso no se puede permitir. Por eso es importante el liderazgo de la presidenta constitucional Dina Boluarte, de una Cancillería firme ante los ataques de estos impresentables comunistas, y por supuesto de un gabinete político que salga a explicar permanentemente lo que sucede en el Perú. No nos pueden ganar la narrativa, hay que liderar la verdad en defensa del Estado peruano.
*Excongresista de la República
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