OpiniónPolítica

Gobernar sin el pueblo

Por Iván Pedro Guevara Vásquez

Desde que el francés Maurice Duverger publicara su libro “La democracia sin el pueblo” en el año de 1967 muchas cosas han pasado y ha corrido mucha agua bajo el puente. Si bien, el científico político francés realizó su obra en el contexto de la Europa de su tiempo, el tema central por él abordado viene perfectamente a colación considerando la actual coyuntura y contexto político social del país.

Y es que el actual presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, habría dicho recientemente, en relación a las protestas sociales que se han dado en el país contra el gobierno de turno desde el mes de diciembre del año 2022 -con más de cuarenta asesinatos acontecidos frente a la represión policial y militar-, que el Perú se encuentra pacificado, no por el ciclón Yaku, sino “gracias al plan de acción del gobierno”.

Sin embargo, la actual clase política con cargos en el Estado tiene serios problemas para conectarse con la población, pues, por ejemplo, la actual presidente de la República, Dina Boluarte, junto con la ministra de Cultura, el ministro de Comercio Exterior y Turismo y otras autoridades públicas, participó en el lanzamiento de la Semana Santa, denominada “Ayacucho Vive tu Fe 2023”, que se realizó no en Ayacucho -donde debió ser-, sino en la sede del Ministerio de Cultura, en el distrito limeño de San Borja.

Y no solamente eso, sino que también varios actuales congresistas de la República, de diferentes agrupaciones partidarias, ya sean de “derecha” o de” izquierda” están siendo rechazados por miembros de la población general en distintas regiones del país. No se puede tapar el Sol con un dedo. No se puede negar la existencia de más de cuarenta asesinatos que tendrían inclusive el carácter de delitos de lesa humanidad.

En democracia es imposible gobernar sin la población, por más que algunos puedan soñar con otra forma de gobierno en donde el poder no nazca del pueblo. Pero la propia Constitución Política del Estado indica, a través del primer párrafo de su Artículo 45, que el poder del Estado emana del pueblo, y quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen.

En democracia es una locura pretender gobernar sin el pueblo, pues incluso hasta los gobiernos despóticos deben de escuchar y tener en cuenta a su población.

*Analista político y abogado penalista

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