Opinión

Evitemos una tercera ola de COVID

Por: Martín Valdivia Rodríguez

A diferencia de Estados Unidos y los países de Europa, en el Perú no hay fuertes corrientes negacionistas del COVID ni campañas antivacuna. A lo sumo, hay covidiotas que no hacen caso a las normas sanitarias destinadas a evitar los contagios. Eso es lo que nos ha permitido reducir los índices del coronavirus y no seguir con las cuarentenas, pese a los errores iniciales, como las pruebas rápidas, a lo que se sumó las pésimas condiciones de nuestros hospitales para afrontar la pandemia. Sin embargo, el peligro aún no pasa.

Perú lucha por contener la segunda ola y evitar una tercera que, con los daños que ya causaron la primera y la segunda, sería desastrosa. En varios países de Europa ya han tenido terceras olas y en algunos, como España, están enfrentando hasta una quinta. La economía de estos países, su infraestructura hospitalaria, equipos y personal médico les permiten afrontar esos temporales. Una tercera ola en nuestro país causaría estragos, incluso, mayores que las primeras.

Nuestra economía está enormemente dañada y no está en capacidad de soportar otro embate del COVID. Al desempleo y los escasos –a veces casi nulos– ingresos de las familias, se suma el alza de precios de los productos de primera necesidad, como el pollo, el aceite, las harinas y hasta el gas, que pasa de 50 soles cuando hace unos meses costaba 35 soles. Lo mejor que podemos hacer los peruanos, el gobierno y los ciudadanos, es evitar una tercera ola de coronavirus, pues ya sabemos que cuando la economía hace agua todos los otros males arrecian. Si bien la inflación es un fenómeno internacional, como lo dice el ministro Pedro Francke, en países denominados en vías de desarrollo – antes se usaba el término subdesarrollados– como el Perú, los altos índices de precios causan un impacto más fuerte en las grandes mayorías.

Está demostrado que si los contagios, casos graves y muertes por coronavirus han bajado es como consecuencia de las vacunas. La última “vacunatón”, que permitió aplicar 735,294 dosis, demostró que la población así lo entiende y eso indica que vamos por buen camino. Sin embargo, en estos días se nos presenta un nuevo problema, la escasez de vacunas causada por la reducción de los envíos al Perú. Esperemos que se supere este inconveniente para seguir avanzando en nuestro reto de derrotar al COVID. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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