Opinión

Escuelas del Bicentenario con enfoque ideológico

Por: Alicia Barco Andrade

La educación de la democracia posmoderna

“El modelo de las Escuelas Bicentenario es, al mismo tiempo que una innovación, la mejor manera de refrendar la tradición de una educación para el trabajo en el Perú. Por eso, queremos darles a nuestros adolescentes las herramientas necesarias para que sean autónomos y emprendedores”, enfatizó el ministro Quero.

Fíjense ustedes. Las escuelas del Bicentenario estarán equipadas de laboratorios de robótica, diseño gráfico, industrias alimentarias, entre otros. Pero ¿dónde están los valores de la persona en este modelo educativo? S/. 5,950 millones de soles de inversión destinadas a las 75 escuelas. Si bien la promesa de entregar 44 escuelas está para este año 2025, busca construir un sistema educativo más justo, equitativo y de calidad, que permita a todos los estudiantes alcanzar su máximo potencial y contribuir a la construcción de un Perú más desarrollado. Un mensaje altamente esperanzador, pero sin mayor fundamento humanista.

Preparar al educando para el futuro no es darle tecnología o herramientas para operar solamente, es darle formación humana que les permita descubrirse en su yo, su grandeza humana como proyecto de vida, digna y libre.

Para que tengamos identidades sanas y alegres, niños y adolescentes con un potencial de liderazgo, emprendedor, necesitamos un modelo educativo que esté fundamentado en la persona. Y no en las ideologías del fondo monetario.

Educación de calidad sí, pero sin intervención del Fondo Monetario

La ansiada educación de calidad ha sido un proceso gradual que podría haberse empezado desde 1990 con las primeras discusiones sobre cómo reformar el sistema educativo peruano y adoptar un enfoque más centrado en el desarrollo de competencias. Con la promulgación de la Ley General de Educación N° 28044 en el año 2002, se sentaron las bases para una educación de calidad y se hizo referencia a la importancia de desarrollar competencias en los estudiantes.

En el 2016 se aprueba el Currículo Nacional de la Educación Básica, el cual establece de manera clara el enfoque por competencias como eje central de la educación peruana. Este currículo ha hecho popular los conceptos de competencias, logros, habilidades que los estudiantes “deben tener” para estar mejor preparados para el “mundo laboral”.

¿Qué competencias se puede tener para afrontar los problemas de la vida? ¿Para superar obstáculos? ¿Para ser más solidarios, empáticos – con el resto de personas, como yo – si no cuento con valores humanos?

La educación debe estar orientada a formar ciudadanos libres y críticos, no masas conformistas.

Lo que significa que, para educar en igualdad y equidad, en el respeto a la diversidad, en solidaridad, justicia, tolerancia, autonomía, empatía. Señores del Ministerio de Educación. Primero hay que educar a la persona en su lo que significa ser persona y de qué está hecha la naturaleza humana: Inteligencia, Voluntad, Afectividad y Libertad. Estos fundamentos antropológicos que los estudiantes deben tener para su formación como persona, su personalidad, no están en el modelo educativo actual del constructivismo. Todas las UGELES y las universidades peruanas tienen este enfoque fallido.

(*) Comunicadora digital, filósofa, periodista colegiada, docente, empresaria, estratega, mujer política del siglo XXI. 

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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