Opinión

El sombrero del tío Sam

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En las redes sociales no faltaron las burlas tontas por la forma de expresarse y el estilo de vestir del presidente Pedro Castillo en la reciente Cumbre de las Américas. Los opinólogos lo bombardearon de críticas. Que no conoce los modales de etiqueta del libro “El dedo meñique”, que si no sabe hablar bien el castellano cómo pronunciará el inglés, que esto y lo otro… Pero pocos pusieron los reflectores en los aspectos de fondo. Por ejemplo, que los discursos que lee, los cuales supuestamente se los preparan sus asesores, son muy simples en contenido y forma. Y que se le pasó una frase desatinada.

En la inauguración de la Cumbre, por ejemplo, Castillo cerró su discurso diciendo: “América para los americanos”, al parecer sin conocer el origen y el real significado de esa frase. Ese mensaje, que fue acuñado por James Monroe, presidente norteamericano entre 1817 y 1825, devino en doctrina geopolítica y sostenía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de United States of America. Como si EE.UU. fuera el papá y los países de Sudamérica los hijos.

Para muchos, esa frase es la base del imperialismo norteamericano y con ella Monroe pretendió justificar el intervencionismo en Sudamérica, a la que consideraba —según sus detractores— como su “patio trasero”. En el 2018, incluso, el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, intentó desempolvar ese viejo referente de la política dura de su país hacia América Latina que ya parecía enterrado: la doctrina Monroe.

“Ha sido la política formal de nuestro país desde el presidente (James) Monroe que rechacemos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestro propio territorio”, dijo Trump esa vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. El discurso causó indignación y rechazo. Tal era el riesgo de ese pensamiento que hoy parece Castillo reivindicar, que ya en el 2013, el entonces presidente Barack Obama, antecesor de Trump, declaró el fin de la doctrina Monroe (“America para los americanos”).

¿Cómo es posible que hayan incluido esa frase en el discurso de Castillo en la Cumbre de las Américas? ¿Qué tipo de asesores tiene el presidente para que no pudieran advertir lo desatinado que era que desempolve la principal arenga de una doctrina que colisiona con la prédica antiimperialista especialmente de partidos políticos de izquierda como el que lo llevó al poder? Es como si Castillo cambiara su sombrero chotano por el que caracteriza al tío Sam. En fin. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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