Opinión

Al pan pan, al vino vino

Por: Godofredo Venegas

El llamado “Año del Bicentenario” trae varios temas para tener en cuenta en nuestras agendas personales y electorales.

Hablemos de la importancia de tener condiciones para invertir. Y dónde está esa “varita mágica”, en realidad no existe, solo existe el deseo, la fe, el equipo y el conocimiento. Ese es el secreto de la riqueza. La suma de tiempo y del valor agregado. En el lado del consumidor, ese beneficio es la utilidad del bien o servicio, el cual es mayor que el dinero.

La oferta y la demanda, en consecuencia, la negociación privada es lo importante. Seguidamente, el precio es el acuerdo en libertad. Si el mercado está intervenido, todos perdemos, ya que ese mercado se desequilibra, por el control de precios. Y eso trae especulación o escasez, falsas expectativas y abusos. A ello sumamos las barreras burocráticas.

Amén que los políticos de turno se vuelven populistas, toman partido según su propia conveniencia y se olvidan del rol de fiscalizadores. La riqueza disminuye y las inversiones se detienen, se especula, y al final el gobierno echa la culpa de la situación al empresario.

Hoy vemos que el actual gobierno de transición está muy distraído con una agenda de transición (covid-vacunas) y los inversionistas están viendo cómo culminan las elecciones. Una propuesta interesante es perfeccionar las compras estatales, con intervención de la contraloría para efectos de evitar corrupción de funcionarios públicos

En tanto, el Estado compre productos y servicios distintos a estas funciones, un negocio de este tipo tiende a ser turbio y nada transparente sujeto a corrupción y sobreprecios. La solución pasa por derogar las leyes perversas desde el Congreso para evitar las distorsiones e incongruencias.

Esperemos que el próximo gobierno reconecte con los millones de unidades empresariales que solicitan mayor libertad empresarial. Son familias que dependen de esta fuente de ingreso, que arriesgan su escaso capital y enfrentan una economía empobrecida por el gigantesco tamaño del estado. La  agenda del  voto preferencial, financiamiento de los partidos políticos y campañas electorales, equidad de género en la lista de candidatos, etc. es una agenda desconectada de la realidad. No da más. Puro populismo

Lo primero es la reforma política, significa reducir el tamaño del estado; disminuyendo poderes, recursos y funciones. Es contraer los impuestos, regulaciones y su burocracia, acompañado de una reforma tributaria que simplifique la vida.

Otra reforma, la económica, consiste en desregular, privatizar y abrir los mercados laborales, de recursos naturales, de capitales y de talentos empresariales. Estos siguen siendo rígidos, crean costos innecesarios, y origina una sobrecarga tributaria que malogra la competitividad de toda la cadena de valor.

Una barrera burocrática es toda aquella exigencia, requisito, limitación o prohibición que imponen las entidades de la administración pública (ministerios, gobiernos regionales, municipalidades, universidades, entre otras), dirigidos a condicionar, restringir u obstaculizar el acceso y/o la permanencia de los agentes económicos en el mercado.

Para identificar la existencia de una barrera burocrática deben presentarse los siguientes tres requisitos concurrentes:

1. Que se trate de un acto o disposición de alguna entidad de la administración pública.

2. Que el acto que impida u obstaculice la realización de una determinada actividad económica, constituya una trasgresión a los principios y normas de simplificación administrativa o limite la libertad de tránsito de las personas, bienes y animales a través del ejercicio de la potestad tributaria de las municipalidades.

3. Que el perjuicio sea ocasionado a un ciudadano, empresa o agente económico en general.

Así todos ganamos.

(*) Director de innovalex.Pe

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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