A Vladimiro Montesinos lo conocí hace 20 años cuando ejercía el cargo de abogado consultor de una Procuraduría especializada en combatir a la organización criminal, Casos: Fujimori – Montesinos y a toda su cúpula delictiva. Lo conocí en la sala de audiencias de la Base Naval del Callao donde purgaba prisión por haber cometido decenas de delitos cuando ejercía la jefatura de facto del servicio de inteligencia del gobierno de su socio Alberto Fujimori. Era el poder detrás del trono. Participé en una serie de interrogatorios, audiencias y alegatos contra él en mi calidad de defensor del estado.
A pesar que mi papel fue bastante duro contra su persona en las decenas de audiencias y casos que participé contra él, Montesinos acostumbraba a acercarse para conversar conmigo antes de las audiencias o después de los juicios. Decía que a pesar de mis alegatos apasionados que lo perjudicaban, no tenía ningún odio contra mí porque “me consideraba un abogado brillante, y que solo estaba cumpliendo con mi trabajo profesional de defender al estado”.
Me contaba historias de su paso por el gobierno, “sus hazañas” en la lucha contra el crimen y contra el terrorismo y su análisis de la situación política de ese momento. Un día tardé en un juicio tres horas en exponer un alegato que lo destruía jurídica y políticamente a él y a sus cómplices. Lejos de molestarse, terminada la audiencia se acercó a mi escaño, me agradeció por la brillantez de mi exposición y me pidió prestado por una semana un libro de inteligencia norteamericana al que yo había hecho alusión en mi alegato: “Plan de Ataque” de Bob Woodward. Le respondí: “pero usted ya lo debe haber leído”, a lo que él me replicó: “pero en inglés, usted tiene la versión en español”.
Efectivamente, le presté el libro y Montesinos cumplió en devolvérmelo en la siguiente audiencia después de una semana. Montesinos es un Psicópata sin ningún tipo de escrúpulos.
El mensaje de inteligencia que me quería dar era claro: “usted ni nadie de los abogados del Estado me ha derrotado, sigo vigente, estoy tranquilo, nada me asusta”. Hago toda esta explicación histórica porque el 23 de junio de 2026 después de 25 años de prisión, sale en libertad, y está formando su partido político: “Por Amor al Perú”, y a pesar que sabe que por ley no podrá postular, quiere formar una bancada política en el Congreso. Está muy activo en las redes y dice que va a derrotar la inseguridad y el crimen en el Perú. Lo más paradójico es que hay gente y profesionales sin ética y sin moral que a pesar que saben que Montesinos robó, persiguió a demócratas, traficó y mandó a matar personas, y que siempre estuvo al margen de la ley con la anuencia del gobierno fujimorista, hoy lo siguen, lo defienden y hasta auspician sus insanas intenciones.
Estamos viviendo una decadencia moral en el Perú sin precedentes, los políticos con memoria estamos en la obligación de hacer docencia pública. Estamos advertidos.
(*) Exvicepresidente del Perú.
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