
El verano en Europa, que va de mediados de junio hasta fines de agosto, fue un infierno en llamas. Hubo incendios forestales en Portugal, Italia, España, Francia, Grecia y gran parte del territorio de la Unión Europea. En el continente americano, Canadá fue uno de los países más afectados por este fenómeno, que —paradójicamente— es causa y consecuencia del cambio climático. Sin ir muy lejos, en los países de Sudamérica, incluido el Perú, también se vienen produciendo gigantescos incendios forestales desde hace muchos años. Se ha comprobado que estos eventos son causados por la mano del hombre. Por eso, es tiempo de tomar conciencia y hacer algo para evitarlo.
Los incendios forestales se han convertido en uno de los fenómenos de mayor impacto en el siglo XXI. Millones de hectáreas de áreas de abundante vida silvestre, pero también de tierras cultivadas, son arrasadas cada año en el mundo y en el Perú, lo que se traduce en bosques, áreas agrícolas, viviendas e infraestructuras reducidos a cenizas.
Según un artículo del Instituto Geofísico del Perú (IGP) publicado recientemente en la International Journal of Wildland Fire, en nuestro país, en los últimos 20 años los incendios forestales se han incrementado en forma alarmante, en la región andina, entre los 1500 y 4000 metros de altitud. En esa área se concentra el 80% de estos incidentes.
Ricardo Zubieta, responsable de dicha investigación, refiere que en el 2020 se alcanzaron cifras récord de aproximadamente 600, 1.000 y 200 incendios forestales en las regiones sur, centro y norte del país, respectivamente, valores muy por encima de lo registrado entre el 2002 y el 2018. Faltan cuatro meses para que concluya el 2023 y todo indica que este año las cifras también serán altas.
El 98 % de incendios forestales en nuestro país son causados por la acción del hombre, principalmente por quemas de rastrojos agrícolas, pastizales y residuos, que se realizan sin la adecuada precaución y terminan convirtiéndose en siniestros de gran magnitud.
Los especialistas recomiendan que los gobiernos locales trabajen prioritariamente en acciones preventivas. Advierten que con el fenómeno El Niño, que ya empezó, los incendios pueden agravarse entre agosto y noviembre.
Las autoridades no han trabajado en la prevención y ya tenemos a El Niño encima, pero de todas maneras hay que hacer algo. El Ministerio del Ambiente, el Instituto Geofísico del Perú, el Senamhi, Defensa Civil y otros organismos deben ponerse manos a la obra para mitigar al máximo los posibles efectos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.