Opinión

El miedo ya es un negocio rentable en Perú

Por: César Ortiz Anderson

Hoy, la sociedad en su conjunto corre el riesgo de ser la próxima víctima del hampa organizada. La pregunta que se hacen muchos no es “si me va a tocar a mí”, sino “cuándo me va a tocar”. El miedo, producto de una criminalidad organizada, se está volviendo la mayor fuente de ingresos para estos “lumpen”.

Desde APROSEC proponemos a la población ser empáticos. El homicidio del cantante del grupo musical Armonía 10, Paul Flores, demuestra que, aun sin ser la víctima elegida, también podemos ser víctimas al estar en el lugar y momento equivocados (azar), quedando malheridos o muertos. No olvidemos que hoy no existe un ámbito seguro en el país.

En el Perú, durante el actual gobierno, la inseguridad ciudadana ha alcanzado niveles alarmantes, sumiendo a la población en un estado de miedo constante. La criminalidad organizada no solo perpetra delitos como extorsión, secuestro, robo y narcotráfico, sino que también ejerce una influencia corrosiva sobre medios de comunicación, políticos y gobiernos, buscando consolidar su poder.

La corrupción como facilitadora del crimen organizado

La corrupción en las instituciones estatales es un factor clave que facilita la expansión y consolidación del crimen organizado. En el Perú, la falta de confianza en el Poder Judicial y en las fuerzas de seguridad es alarmante. La situación es similar en toda América Latina. Según una encuesta de 2024, el 54% de los encuestados señaló la falta de confianza en el Poder Judicial como la principal razón para no denunciar actos de corrupción, mientras que el 52% mencionó la desconfianza en la fiscalía o en los investigadores. (Fuente: https://millerchevalier.com).

Pena de muerte y otras soluciones populistas

La infiltración del crimen organizado en las estructuras del Estado y su capacidad para coaccionar a actores políticos y mediáticos erosionan la confianza pública en las instituciones democráticas, obligando a soluciones no democráticas. La violencia y la impunidad generan un clima de inseguridad que afecta la vida cotidiana de los ciudadanos y limita su participación en la vida democrática. Además, la percepción de corrupción y la falta de respuestas efectivas por parte del Estado pueden llevar al surgimiento de políticas populistas que prometen soluciones rápidas, como la denominada pena de muerte, que en ocasiones socavan aún más las instituciones democráticas.

Queda claro que el gobierno de Dina Boluarte no encuentra soluciones inteligentes al problema. Recordemos que hoy el crimen organizado está siendo considerado como una amenaza transnacional. Un ejemplo destacado es el “Tren de Aragua”, una organización criminal originaria de Venezuela que ha extendido sus operaciones a varios países de la región. Esta banda ha sido vinculada a delitos graves y su expansión ha generado preocupación en múltiples naciones. Recientemente, EE.UU. la declaró organización terrorista y deportó a más de 200 presuntos integrantes hacia El Salvador. Esta medida fue agradecida por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, mientras que el gobierno venezolano rechazó categóricamente la decisión, anunciando que solicitará a sus ciudadanos no viajar a Estados Unidos.

Otro caso emblemático de organización criminal calificada como terrorista es el Comando Vermelho, la organización criminal más antigua de Brasil, que ha desplazado a las mafias locales de la triple frontera amazónica. Esta región se ha convertido en un territorio en disputa por varios grupos armados procedentes de Brasil, que se han impuesto con violencia sobre las mafias locales peruanas y colombianas.

(*) Presidente de APROSEC.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba