Opinión

El miedo contra la revancha

Por: Luis Alfonso Morey

Las campañas de segunda vuelta se caracterizan por dos conceptos: el miedo contra la revancha. La campaña del miedo diseñada por el publicista Robby Ralston tiene por objeto que las personas que no simpatizan con Keiko Fujimori voten por ella en contra de sus principios. La única manera de hacer algo en contra de los principios que uno tiene es si de por medio está la vida o la integridad de los que uno más ama: los miembros de nuestra familia. Su campaña apunta a eso: a sostener que si no se vota por Keiko se pone en riesgo nuestra familia.

Aún así, votar en contra de lo que uno cree es quizá lo más difícil de lograr en la vida porque significa claudicar y hacer algo en contra de lo más importante que uno tiene: sus principios. De ahí que su campaña no funciona. Es muy complicado pedirle a alguien que haga algo en contra de los principios que tiene. Algo muy diferente -y quizá lo que debió proponerse- es pedir el voto justamente por lo que uno cree: por la libertad, por la democracia, por la prosperidad.

Ese debió ser el camino. Votar en contra de los principios de uno es realmente muy complicado. De otro lado, la campaña por Pedro Castillo apunta a la revancha, a hacer justicia de una vez por todas. A que el sistema que funciona muy bien para el 2% de la población se modifique por uno que funcione bien para las grandes mayorías. Así, la campaña propone enfrentar a pobres contra ricos, trabajadores contra empresarios, provincianos contra capitalinos, excluidos contra beneficiarios de la globalización. Sin juzgar las campañas, ustedes evaluarán cuáles son más persuasivas y convincentes.

El problema que tiene Keiko Fujimori es que desde El Comercio y los principales medios de comunicación han cerrados filas en su defensa y promoción. Los principales medios, empero, adolecen hoy de credibilidad y confianza. Muchos dejaron de lado su labor periodística para transformarse en órganos de propaganda y eso a la gente le molesta mucho. Las encuestadoras desprestigiadas y los medios que dejaron su misión de informar por hacer campaña política son hoy los principales enemigos de la candidatura fujimorista.

Pedro Castillo, por su lado, tiene el reto de presentar cuanto antes a un equipo de expertos mejor que el de la candidata fujimorista. Se le acusa de no tener equipo y de que Vladimir Cerrón es quien toma todas las decisiones importantes. Frente a este escenario político hay medios que abandonaron su misión y periodistas que han optado por hacer campaña e insultar a todo aquel que no piense como ellos. La democracia necesita que nos respetemos unos a otros y que los candidatos en las elecciones sean competidores y no enemigos. El futuro del Perú necesita colaboración y no odio.

(*) Abogado

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