Recientemente se ha aprobado por una amplísima mayoría el Proyecto de Ley N°0904/2021-CR en la Comisión de Educación del Congreso de la República. Se trata de un proyecto que busca asegurar la participación de los padres de familia en la elaboración del contenido de los materiales, textos y elementos educativos para los escolares. Es decir, consagra el derecho de los padres a ser escuchados y tomados en cuenta en los contenidos y formas de la educación de sus hijos y que esta se adecue a sus principios, valores, tradiciones y creencias.
Este derecho de los padres se encuentra reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos que lo establece como inalienable en su artículo 26. Este derecho en el Perú ha sido conculcado por el Estado. A lo largo del tiempo las oenegés de la progresía caviar han recibido millones de dólares para trabajar en la implantación de un adoctrinamiento de pensamiento único en complicidad con el Minedu, que desde hace décadas está tomado por esta casta parasitaria.
Esta es la razón por la cual la aprobación de esta norma ha generado una previsible reacción en cadena de gente como Flor Pablo, que cuando ocupó la cartera de Educación fue puesta en evidencia por los contenidos inadecuados y corruptores en materia sexual, así como por la versión edulcorada y hasta falsa sobre el terrorismo que se brindaba a los jóvenes en los textos escolares. Recordemos que en esos días fue apodada por el ingenio popular como la “ministro porno”. A ella se han sumado Marisa Glave, falsos valores como Marilú Martens, diversos colectivos feministas, abortistas y marxistas. Incluso la presidente del Consejo de Ministros Mirtha Vásquez se lució en Chumbivilcas con un polo a favor de la Educación Sexual Integral de espaldas a los padres. En conclusión, se han movido y removido los albañales ideológicos, lo cual es una excelente señal.
La enseñanza de la historia sin falacias ideológicas, del idioma correctamente, sin la deconstrucción política que implica el perverso lenguaje “inclusivo”, de una sexualidad sana, que informe a los jóvenes sin corromperlos con la imposición de la siniestra ideología de género, el respeto a la libertad religiosa; son temas que la caviarada no puede tolerar. Por eso niegan a los padres el derecho a que sus hijos reciban una educación acorde a sus valores y principios, así como a ejercer el derecho fundamental de saber los contenidos que reciben sus hijos en los colegios.
Lo cierto es que el Proyecto de Ley 904 /2021 resulta imprescindible para romper con la hegemonía de un pensamiento único impuesto por el estado al servicio de los intereses millonarios de las oenegés con el perjuicio de nuestros jóvenes y el marginamiento de los padres de familia.
Es la única forma en este momento de garantizar la libertad, así como avanzar hacia materiales educativos de calidad y a la vez consolidar y respetar el derecho constitucional de los padres a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos.
(*) Analista político
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