El asesinato del rey Eduardo V y su hermano
Después de siglos se comprobó que fueron ejecutados por su tío para quedarse con el trono
En 1483, Londres fue escenario de una serie de hechos que dieron lugar a uno de los mayores enigmas de la historia de Inglaterra. En abril de ese año falleció el rey Eduardo IV e inmediatamente fue sucedido en el trono por su hijo primogénito y heredero, Eduardo V, un chico de apenas 12 años. Sin embargo, el pequeño monarca fue asesinado junto a su hermano.
El hermano menor del rey fallecido, Ricardo, duque de Gloucester, fue nombrado protector del reino, lo que lo dejaba al mando del gobierno efectivo del Estado.
LO DEPUSIERON
Posteriormente, el nuevo rey y su hermano pequeño, Ricardo, de 9 años, fueron confinados en la Torre de Londres por orden de su tío. Y el 26 de junio del mismo año, una asamblea de los Tres Estados del Reino depuso a Eduardo V por considerar que él y su hermano eran bastardos, alegando que el matrimonio de su madre, Elizabeth Widville, con Eduardo IV era nulo porque éste había firmado poco antes un precontrato matrimonial con otra mujer, Eleanor Talbot. El duque de Gloucester fue designado nuevo rey con el nombre de Ricardo III.
DESAPARICIÓN
Los príncipes desaparecieron pocas semanas después, sin que se diera ninguna explicación oficial sobre cuándo o cómo murieron y dónde fueron enterrados. Las sospechas cayeron siempre sobre Ricardo III, hombre ambicioso y carente de escrúpulos del que no era difícil pensar que podía haber ordenado liquidar a aquellos dos rivales dinásticos, aunque no fueran más que unos niños.
Se contaba que una noche el rey envió a un caballero de su confianza, James Tyrell, y a otros dos hombres a la Torre de Londres, donde ahogaron a los chicos con una almohada. Luego enterraron los cuerpos al pie de unas escaleras. Este relato apareció en crónicas oficiales del siglo XVI, que sirvieron de base a Shakespeare para su célebre obra de teatro Ricardo III, publicada en 1597. En 1674 se encontró lo que sería una prueba definitiva del crimen: los huesos de los príncipes enterrados al pie de una escalera de la Torre.