Opinión

El arte de la guerra (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La principal enseñanza que deja el libro “El Arte de la Guerra”, escrito por el estratega militar chino Sun Tzu aproximadamente en el siglo V a.C., es que lo ideal es vencer sin luchar y que para ello es necesario recurrir al engaño y la confusión del enemigo. Señalábamos que el abogado del presidente Pedro Castillo, Benji Espinoza, dice aplicar la “estrategia del engaño” para contrarrestar las “estrategias de la persecución”, a las que —según él— recurre la Fiscalía de la Nación. El letrado puede haber hablado figurativamente, pero en realidad, según intelectuales que han desarrollado el pensamiento de Sun Tzu, el engaño sí puede ser considerado una estrategia.

En el fútbol también se aplica el engaño. En realidad, no concebimos al fútbol sin el amague, el regate o el dibling, técnicas que recurren, precisamente, a la trampa de simular tomar un camino, para luego, sorpresivamente, irse por otro lado dejando sin capacidad de reacción a rival. En realidad, este recurso también aplica para el ajedrez, el básquet o cualquier otro deporte de competencia. Y, como muchos conocimientos y prácticas, su origen está en las guerras.

El entrenador argentino César Luis Mennotti decía que “el fútbol es el arte del engaño”, parafraseando a Roberto Perfumo, el mariscal del fútbol gaucho, back central de polendas. Imaginemos que el arquero simula que va a pasársela cortita a un defensa, pero lanza un saque largo y un delantero para la pelota, amaga a su marcador por la derecha, pero se va por la izquierda y, finalmente, con una finta, manda al arquero “a compran pan” para colocar la pelota pegadita al otro poste. Un gol que puede darles la razón a quienes sostienen que el engaño no solo es una táctica, sino toda una estrategia. Esto quiso decir, quizá, el abogado del presidente Pedro Castillo cuando se refirió al engaño como estrategia.

Existe una amplia bibliografía sobre las ideas de Sun Tzu, desde “El arte del engaño” (Barcelona, 2018), de Daniel Tubau, hasta “La estrategia del engaño” (1963, México), de Jeane J. Kirkpatrick, aunque en este último la temática es más de carácter ideológico. El engaño, que no necesariamente es sinónimo de mentira ni práctica ilegal en el deporte, puede ser aplicado también en las estrategias jurídicas, como dice el letrado Benji Espinoza. Porque que lo digo y escribo siempre lo firmo.

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