Opinión

El arte de la guerra (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La estrategia, la madre de todos los planes, es el conjunto de acciones de carácter global, completo e integral que conducen a una meta. La táctica, en cambio, corresponde a las partes o subpartes del conjunto de acciones trazadas para lograr un objetivo preciso. La estrategia y la táctica no solo son importantes en la guerra, sino también en la política y otras disciplinas, como el derecho. En la forma de encarar las investigaciones fiscales contra el presidente Pedro Castillo, a nivel político y jurídico, se perciben con claridad las diferencias de estos dos términos claves.

El abogado del presidente Pedro Castillo, Benji Espinoza, se refirió, precisamente, a la aplicación de una estrategia de parte de la defensa de su patrocinado. Señaló que, así como la Fiscalía tiene sus “estrategias de persecución”, la defensa también las tiene y entiende, como Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”, que la principal estrategia es el “arte del engaño”. De esta manera justificó el hecho de que su defendido anunciara que no iría a declarar a la Fiscalía, pero al día siguiente acudió.

En una entrevista, el abogado Espinoza fue cuestionado por haber referido que el engaño puede ser una estrategia, cuando en realidad sería una táctica o un recurso circunstancial. En el fondo, no es una observación de todo correcta, pues en el libro aludido, “El Arte de la Guerra”, se establece que lo ideal es vencer sin luchar y en esa tarea son fundamentales el engaño y la confusión del enemigo, lo cual implica defender las ventajas y aprovechar las oportunidades. Muchos seguidores de Sun Tzu consideran que el engaño sí puede una estrategia y han escrito hasta libros para demostrarlo.

“El Arte de la Guerra” es considerado el mejor texto de estrategia de todos los tiempos e inspiró a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchos otros líderes históricos. Pese a su antigüedad, pues fue escrito hace más de dos mil quinientos años, en esta obra todos los consejos tienen vigencia no solo para los escenarios bélicos, sino hasta en la vida cotidiana.

Dos de las principales premisas del libro de Sun Tzu son: “El Arte de la Guerra”, es someter al enemigo sin luchar” y “Grandes resultados pueden ser conseguidos con pequeños esfuerzos”. Eso es lo que pretendería la defensa de Castillo en este proceso de investigación donde, por ahora, la Fiscalía carece de un arma contundente. Vale decir, una prueba irrefutable. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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