Opinión

Cuidado con el Arequipazo

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Se anuncia un “Arequipazo”. El término trae a la memoria hechos de triste recordación, como el Limazo, el Andahuaylazo y el Baguazo. La tierra de Vargas Llosa, Luna Pizarro, Deán Valdivia, el Misti y el yaraví ha sido escenario de muchos hechos históricos, desde dramáticos y trágicos hasta épicos y gloriosos. Se espera que este jueves, día en que se realizará el denominado Arequipazo, a la Ciudad Blanca no vuelva la muerte. Ya son 59 las víctimas mortales por las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y ojalá no ocurra ni una más.

La medida de fuerza ha sido convocada por diversos gremios laborales y frentes sociales, que lo han denominado “Arequipazo pacífico”. La prensa local de la ciudad del Misti advierte que a uno de los convocantes se le atribuye un presunto vínculo con Sendero Luminoso y estuvo preso en el penal de Socabaya en 1988. Lo repetiremos hasta el cansancio, la protesta es un derecho que todo ciudadano tiene la libertad de ejercer, siempre y cuando no apele a la violencia, atente contra la propiedad pública y privada, ni cause la muerte.

Hubo un “Arequipazo” en 2002, cuando el entonces presidente Alejandro Toledo intentó vender la empresa regional eléctrica EGASA, motivando una violenta protesta y una represión policial que dejó dos muertos, 159 heridos y cuantiosos daños materiales. En ese entonces el ministro del Interior era Fernando Rospigliosi, a quienes algunos políticos le atribuyeron la responsabilidad moral y política de la pérdida de vidas humanas.

Pero el “Arequipazo” más antiguo es el ocurrido el 22 de agosto de 1930 y fue encabezado por el entonces teniente coronel EP Luis Miguel Sánchez Cerro, quien se sublevó en Arequipa contra el gobierno Augusto B. Leguía. La rebelión llegó hasta Lima, donde el 25 de agosto Sánchez Cerro toma las riendas del país, mientras que Leguía renunció a la Presidencia y fue encarcelado en la Penitenciaría de Lima.

Según sus organizadores, el Arequipazo de este jueves se realizará en la Plaza de Armas, uno de los principales espacios públicos y el lugar de fundación de la Ciudad Blanca. Ahí también están la Catedral, los Portales de Arequipa y las iglesias La Compañía y Nuestra Señora de la Mercedes. Ojalá los arequipeños den ejemplo y demuestren que sí se puede realizar una protesta pacífica. Lo que más necesita el país en estos momentos es paz y tranquilidad, las condiciones básicas e indispensables para poder trabajar y llevar el sustento al hogar. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button