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COP 26: El reto de salvar al planeta de desastre global

La meta de la conferencia que se realiza en Glasgow es lograr acuerdos para que la temperatura de la Tierra no pase los 1,5 grados

Para nadie es un secreto que nuestro planeta va camino a un desastre ecológico si no reduce drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero. Desde la Revolución Industrial, en el siglo XIX, la actividad humana ha elevado la temperatura de la Tierra en 1,1 grados Celsius. Frente a ese oscuro panorama, jefes de estado, diplomáticos y activistas medioambientales se reúnen desde el 31 de octubre y hasta el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia, para tratar de evitar que el mundo sobrepase los 1,5 grados… ¿lo lograremos?

¿Recuerdan la película “2012” donde el protagonista John Cusack trata de salvar su vida tras un desastre mundial? Salvando las exageraciones de Hollywood, algo así le espera a la humanidad si antes los gobiernos del mundo no tratan de poner freno a las emisiones de gases de efecto invernadero que la modernidad ha creado. Para ello, las Naciones Unidas (ONU) organiza cada año la conferencia denominada COP26 (Conferencia de las Partes de La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), con el claro objetivo de salvar al mundo de un desastre climático que no nos retorne a la época de las cavernas.

HASTA EL 12

Desde el pasado 31 de octubre y hasta el 12 de noviembre, jefes de Estado, diplomáticos y activistas se reúnen de forma presencial en la ciudad escocesa de Glasgow. El objetivo será establecer nuevos parámetros con el fin de reducir las emisiones de la quema del carbón, el petróleo y otros gases que están calentando el planeta. La conferencia se celebra cada año, pero en esta ocasión es crucial porque los científicos aseguran que las naciones deben alejarse de una manera drástica e inmediata de los combustibles fósiles si quieren evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.

La meta es evitar que la temperatura promedio del mundo supere los 1,5 grados Celsius en comparación con los niveles previos a la Revolución Industrial. Ese es el umbral que los científicos consideran el límite después del cual los peligros del calentamiento global —como las olas de calor mortales, la escasez de agua, la pérdida de cosechas y el colapso de los ecosistemas— aumentarán de manera descomunal.

100 JEFES DE ESTADO

Joe Biden es uno de los 100 jefes de Estado que han confirmado su asistencia, entre ellos la reina Isabel, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson; y Nicola Ferguson Sturgeon, la primera ministra de Escocia. Entre quienes no han confirmado su asistencia se encuentra Xi Jinping, el presidente de China, el principal emisor del mundo.

Miles de diplomáticos de casi 200 países dirigirán los aspectos básicos de las negociaciones, mientras los líderes empresariales, los expertos académicos y los activistas, entre ellos Greta Thunberg, planean monitorear las reuniones y en muchos casos promoverán las metas más ambiciosas.

China, Australia, Rusia e India todavía tienen que realizar nuevos compromisos para reducir su contaminación y no queda claro si lo harán antes de la cumbre. Mientras tanto, tan solo unos pocos países ricos han destinado dinero para ayudar a las naciones pobres y vulnerables con el fin de que enfrenten esta situación.

¿POR QUÉ SE LLAMA COP 26?

COP es la sigla de “Conferencia de las Partes”. En la jerga diplomática, las partes se refieren a 197 naciones que accedieron a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en una reunión celebrada en 1992. Ese año, Estados Unidos y algunos otros países ratificaron el tratado para combatir la “peligrosa interferencia humana en el sistema climático” y estabilizar los niveles de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Esta es la vigésima sexta ocasión en la que se reúnen los países para la convención, de ahí el nombre COP26.

La primera COP se llevó a cabo en Berlín en 1995, después de que una masa crítica de naciones ratificó la convención del clima. Fue un hito y preparó el camino para el Protocolo de Kioto dos años después, el cual les exigió a las naciones ricas e industrializadas que frenaran sus emisiones.

Ese acuerdo tuvo sus problemas. Uno de ellos fue que, durante el mandato del expresidente George W. Bush, Estados Unidos lo rechazó, bajo el argumento de que no les exigía a China, India ni a otras grandes economías emergentes que redujeran sus gases de efecto invernadero.

MAYOR RESPONSABILIDAD

Después de más de dos décadas de disputas relacionadas con cuáles son las naciones con la mayor responsabilidad para enfrentar el cambio climático, los líderes de casi 200 países firmaron el Acuerdo de París. Ese acuerdo fue considerado revolucionario. Por primera vez, los países ricos y pobres accedieron a actuar, aunque fuera a diferentes ritmos, para hacerle frente al cambio climático.

Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París durante el mandato del expresidente Donald Trump, pero se volvió a sumar con el presidente Joe Biden.

Aunque en París los líderes hicieron grandes promesas, los países no han hecho lo suficiente para mantener a raya los peores impactos del cambio climático, lo cual nos lleva a la COP26 de Glasgow, donde los líderes tienen la presión de ser más ambiciosos.

EL DESHIELO EN LOS GLACIARES Y EL EFECTO INVERNADERO

La Autoridad Nacional del Agua (ANA) informó que, debido a los efectos del cambio climático, el Perú perdió el 51% de su superficie glaciar en los últimos 50 años. En las últimas décadas, hemos perdido dos cordilleras (Barroso y Volcánica). En la actualidad se registran 18 cordilleras nevadas: Blanca, Huallanca, Huayhuash, Raura, Huagoruncho, La Viuda, Central, Huaytapallana, Chonta, Ampato, Urubamba, Vilcabamba, Huanzo, Chila, La Raya, Vilcanota, Carabaya y Apolobamba.

No obstante, cinco de estas cordilleras corren peligro (Chila, La Raya, Huanzo, Chonta y La Viuda) y tendrían la misma suerte de extinción debido a que han perdido el 90% de su superficie glaciar en las últimas décadas. Por poner algunos ejemplos, la cordillera Blanca registra un retroceso anual de 19 metros. En el caso del glaciar Pastoruri, ubicado en Áncash, este ha retrocedido poco más de 650 metros entre 1980 y 2019, al punto de formar una laguna que podría extenderse más.

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