Opinión

Como un tablero de ajedrez

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El Gobierno necesitaba con urgencia un Gabinete Ministerial conciliador, dialogante y que inspire confianza, pero además efectivo y eficiente. ¿Reúne el Consejo de Ministros presidido por el doctor Aníbal Torres estas características? Los más mesurados esperaban un premier independiente, equidistante de la izquierda y de la derecha, pero sobre todo alejado de Perú Libre y del entorno cerronista. En el oficialismo reclamaban a alguien de las canteras de Perú Libre, como Roger Nájar. Mientras que a los de la oposición recalcitrante les da igual quién sea el primer ministro, pues su objetivo es que caiga el presidente Castillo a cualquier costo.

Con este Gabinete, el Gobierno apuntaría a asegurar los 44 votos que suman Perú Libre (32), Perú Democrático (7) y Juntos por el Perú (5) para defenderse ante cualquier riesgo. El frente de la derecha en el Congreso está claramente definido y lo integran Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País. Y en el centro, con algunas inclinaciones a la derecha o la izquierda se ubican Acción Popular, APP, Podemos Perú, Somos Perú y el Partido Morado. Este último conglomerado es clave para el equilibrio de fuerzas y asegurar la estabilidad que necesita el Ejecutivo.

En una votación por la confianza al Gabinete o un eventual pedido de vacancia, a esos 44 votos seguros de la izquierda se podrían sumar los de AP, APP y Somos Perú y/o Podemos Perú. Para vacar al presidente se necesitan los dos tercios de los votos (87) y para censurar al Gabinete la mitad más uno (66). En consecuencia, los votos de las bancadas del centro y centroizquierdas pueden resultar cruciales.

Muchos dicen que este Gabinete es cerronista, pero oficialmente solo dos ministros pertenecen a Perú Libre, el de Energía y Minas (Carlos Palacios) y el de Desarrollo Agrario y Riego (Óscar Zea). Dina Boluarte (vicepresidenta y titular del Midis) fue expulsada del partido oficialista y Betssy Chávez (Trabajo y Promoción del Empleo) migró a Perú Democrático. Hay un ministro de Juntos por el Perú (Roberto Sánchez), uno de Somos Perú (Alejandro Salas), uno de Perú Democrático (Betssy Chávez). Un total de 13, la mayoría, no registra filiación política, pero en algunos casos sí hay cercanías con el cerronismo, que podría mover sus hilos en el tablero de ajedrez. La idea es que esa injerencia, si la hay, no impida la toma de las decisiones que necesita el país. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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