
La delincuencia siempre está detrás del dinero. Si en algún lugar hay progreso, entonces aparecen las bandas criminales como moscas. Gracias a su megapuerto, recientemente inaugurado por el gobierno chino, el distrito de Chancay, en el norte chico de Lima, apunta a convertirse en un enclave comercial y generador de grandes recursos.
Según nos informan, ya está experimentando un repunte inusitado de la delincuencia, especialmente la relacionada con las extorsiones y el cobro de cupos.
Es necesario que las autoridades ya consideren el incremento de la dotación policial en Chancay, que cuenta con una sola comisaría, la cual está ubicada en la Plaza de Armas. El puerto no está en el mismo centro de la ciudad, sino a más de un kilómetro, en una zona que colinda con el centro poblado de Peralvillo, que tiene cerca de la mitad de la población total de todo el distrito estimada en más de 60,000 habitantes.
Un primer paso sería instalar una nueva comisaría en la misma zona urbana del puerto que podría funcionar en coordinación con la policía portuaria que se encargará, principalmente, de luchar contra el narcotráfico y evitar que se repita el fenómeno que empezó en los años 80 en el Callao, de donde salen barcos “preñados” con cargamentos de cocaína.
El funcionamiento de un megapuerto de las dimensiones del que ha construido la empresa Cosco Shipping en Chancay tiene muchas complejidades y la seguridad es un punto clave. Los especialistas que se encargarán de diseñar la estrategia tendrían que tomar como ejemplo, precisamente, el incremento de la delincuencia en el Callao en función al puerto chalaco, donde después de la eclosión del narcotráfico, las organizaciones criminales incursionaron también en otros rubos delictivos, como las extorsiones, los secuestros, los asaltos a mano armada, etc.
Los últimos reportes que nos llegan de Chancay dan cuenta de un vertiginoso repunte de las extorsiones. Nos informan que les están cobrando cupos a los mototaxistas, bodegueros y una diversidad de negocios, configurándose un panorama que atemoriza y desalienta a los emprendedores que tienen en mente hacer alguna inversión ahora que se configure un nuevo contexto económico cuando el megapuerto esté en plena operatividad.
Chancay siempre se caracterizó por ser un pequeño distrito tranquilo, acogedor y de gente amable. Sería una pena que no se tomen las medidas necesarias para evitar que la delincuencia crezca como lo hizo en Callao o Trujillo. Aún estamos a tiempo, pero hay que actuar ya, antes que sea demasiado tarde. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.