Opinión

Castillo y la destrucción de los valores republicanos

Por: Omar Chehade Moya

Uno de los últimos escándalos políticos que nos tiene acostumbrado el inefable gobierno de Pedro Castillo ha sido la intempestiva remoción del ministro del Interior Mariano Gonzales, quien apenas había jurado el cargo hacía quince días, y que se había propuesto conformar un buen equipo de experimentados policías al mando, quienes eran altamente calificados en técnicas de inteligencia, investigación y captura de los criminales más buscados.

La idea era aprovechar todo esa capacidad técnica y buena reputación para ponerlo al servicio del Ministerio Público, y poder capturar al fugado corrupto entorno del presidente Castillo, como lo son el exministro de Transportes Juan Silva, el exsecretario de Palacio, Bruno Pacheco y al propio sobrino del jefe de Estado, quien, según la Fiscalía de la Nación, y de muchos peruanos conforman una organización criminal dirigidos a la cabeza del propio presidente de la República.

Es obvio que estas maniobras decididas de Mariano Gonzales iban en contra de la mafia que dirige el primer mandatario, así que sin avisarle y de manera nada elegante lo removió de su cargo a través de un Twitter. Inmediatamente, el defenestrado ministro Gonzales dio una serie de entrevistas responsabilizando al propio Castillo de obstruir la acción de la justicia, por tratar de encubrir a los fugados delincuentes de su entorno. Además, señaló lo que pensamos hace mucho tiempo: Pedro Castillo está incapacitado moralmente para jefaturar el estado peruano y pidió su vacancia o renuncia al cargo. Asimismo, tildó de “pobre diablo” al premier Aníbal Torres. Todo ello no hace más que corroborar, lo que hace tiempo venimos sosteniendo: Pedro Castillo lidera una organización criminal.

Es el autor mediato u hombre de atrás, quien tiene el dominio del hecho y del resultado, con el fin de obtener ganancias ilícitas como consecuencia de sus conductas delincuenciales. En esta organización criminal donde existe además una Constitución política de corte presidencialista (o presidencialista atenuada) donde el presidente de la República “personifica a la nación” y es al mismo tiempo tanto jefe de estado como jefe de gobierno, su responsabilidad es mucho mayor, (A mayor jerarquía mayor responsabilidad) por lo tanto, estando en la cima del poder y de esta empresa criminal conjunta, dirige los hilos de esta organización criminal, utilizando a ministros, secretarios, empresarios, lobistas, familiares, directores, amigos y demás, para lucrar, medrar del estado, conseguir lo consecución de sus delitos y utilidades mal habidas. Es obvio que merece ser vacado por incapacidad moral permanente, independientemente de los procesos penales que le seguirán a él y a su organización por parte de la justicia peruana. Pero lo más grave es que Pedro Castillo está destruyendo los valores republicanos como la democracia, la transparencia, la majestuosidad de la investidura presidencial hasta denigrarla, vilipendiando los valores democráticos como la separación de poderes, vejando a nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, y como buen comunista marxista leninista, destruyendo el estado constitucional y social de derecho.

(*) Candidato a la alcaldía de Lima por APP

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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