
Dicen que nadie sabe que es capaz hasta que lo intenta. Sin embargo, es necesario tener los recursos necesarios para emprender cualquier tipo de reto. No solo se requiere de un presupuesto económico, sino, principalmente, de los argumentos referidos a la capacidad, la preparación, los conocimientos y la habilidad. Muchas veces, con poco dinero se logran grandes obras.
En las últimas semanas estamos viendo cómo muchos candidatos a alcaldes y gobernadores regionales, tanto de provincias como de Lima, ponen en evidencia su falta preparación y sus deficiencias para ejercer dichos cargos. Sus discursos denotan una falta de conocimiento de la realidad y en sus propuestas recurren a generalidades.
Cuando alguien postula para alcalde, gobernador o presidente de la República, debe tener un plan de gobierno que contenga las líneas maestras de su propuesta y alternativas de solución realistas y viables. De ninguna manera se debe postular sin las armas necesarias, solo por ser un empresario exitoso o un personaje famoso, por más buenas intenciones que pueda tener.
Hay ocasiones en las que parece que se tiene todo para lograr el éxito en política, en este caso en las próximas elecciones municipales y regionales. Sin embargo, a veces falta habilidad para comunicar.
Es el caso del candidato que propuso cambiar las luces amarillas del alumbrado público de Lima porque, según él, “llaman al delito”. Ese fue el único argumento que esgrimió, por lo que en las redes sociales los cibernautas asumieron que, según él, la culpa de las altas tasas de actos delictivos la tienen las luces amarillas, cuando se trata de un complejo problema de causas económicas, sociales y hasta culturales. Por eso la propuesta dio lugar a sarcásticos memes que dejaron mal al candidato y, a decir por muchos comentarios negativos, le hicieron perder varios votos.
En realidad, esa propuesta no es tirada de los cabellos. Incluso es apoyada por el BID y ha dado buenos resultados en Aguascalientes (México), Curitiba (Brasil) y Medellín (Colombia), pero no en toda la ciudad, sino en los parques, para “reducir la sensación de inseguridad” por sectores. Una medida así es útil, pero no evita la delincuencia en la ciudad. Es necesario que un alcalde lo explique si la incluye en sus propuestas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.