Opinión

Caimanes del mismo charco

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

Mientras el gobierno senderista de Pedro Castillo rinde el homenaje de la inacción y genera el debate sobre qué hacer con el cadáver del terrorista Abimael Guzmán, la izquierda caviar se moviliza para salvar la mentada “reforma política” pergeñada por uno de sus conspicuos representantes, Tuesta Soldevilla, y puesta en marcha por Martín Vizcarra y que ahora, con toda razón, ha sido objeto de un proyecto modificatorio en el Congreso de la República para liberar a los partidos políticos de las múltiples trabas que les han impuesto en su accionar democrático.

Sin embargo, dicha propuesta, gracias a otra caviarada, ha quedado en suspenso y ha sido según parece sustituida por una prórroga del plazo para modificar las leyes electorales, obviamente destinada a congelar la “contrarreforma” como estos pseudodemócratas y defensores de terrucos la denominan.

Lo que no se ha incluido en este indispensable ajuste de la “reforma política” es algo que ahora cobra inusitada explicación y absoluta vigencia: que la ley caviar de reforma 39995 no veta, como sí lo hacía la ley anterior, la inscripción en el Jurado Nacional de Elecciones de las organizaciones “cuyo contenido ideológico, doctrinario o programático promueva la destrucción del Estado constitucional de Derecho o que intenten menoscabar las libertades y los derechos fundamentales consagrados en la Constitución”.

Más claro ni el agua: Tuesta y sus caviares eliminaron ese texto –que sí fue preservado para los movimientos regionales– porque impedía la inscripción del Movadef y le traía graves problemas al marxista, leninista, mariateguista partido Perú Libre, hoy en el Poder, que preconiza instaurar en el Perú una nueva Constitución que obviamente reflejaría su vocación antidemocrática, comunista y totalitaria tal como lo demuestra su plan de gobierno, basado en la Constitución de Cuba.

Es indispensable que el Congreso restablezca ese texto, seguramente con la opinión exacerbada en contra de caviares, senderistas y comunistas, para quienes la democracia es simplemente una forma de llegar a esa autocracia dictatorial que caracteriza a todos los regímenes que ellos desarrollan y que trae hambre, miseria y abuso, como ya se está percibiendo en nuestra Patria. Al fin y al cabo, en la frase de su líder, Hugo Chávez, son todos caimanes de un mismo charco.

(*) Presidente de Perú Nación

(*) Presidente del Consejo por la Paz

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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