Opinión

ANIN… a ningún buen puerto nos llevará

Por: Fernando Cillóniz Benavides

El Gobierno acaba de crear la nueva Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN). A simple vista, parecería que se trata de una decisión acertada.

¡Cómo no podría ser acertada una decisión que corrija el fracaso estrepitoso de los proyectos de infraestructura del Estado, la mayoría los cuales ligados a actos de corrupción, coimas y sobornos, paralizaciones y abandonos, juicios y arbitrajes, elefantes blancos, monumentos ridículos, y muchos etcéteras más!

Pero no. El problema es que la cosa no es así. La fallida Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), queda. Los antros de corrupción PROVIAS Nacional y PROVIAS Descentralizado, quedan. Los buenos para nada Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS) y Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED) quedan. Las Direcciones Regionales y Locales de Infraestructura – que enriquecieron a miles de Gobernadores Regionales y Alcaldes – también quedan.

O sea, todo queda tal cual. Solo que a partir de ahora, se suma la ANIN. O sea, aumentamos el tamaño del aparato estatal y lo complicamos más de lo que está. Lejos de despolitizar al Estado, profesionalizarlo y hacerlo más eficiente – una vez más – optamos por multiplicarlo y burocratizarlo, en vez de ir por la absorción, fusión o disolución de instituciones probadamente corruptas e inoperantes.

Por otro lado, la ANIN no será autónoma. Al contrario, la ANIN dependerá de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). O sea, será tan política como la PCM de turno. En otras palabras, estamos ante más de lo mismo.

¿Qué va a pasar, a continuación? Pues, lo de siempre. Cientos – mejor dicho, miles – de nuevos burócratas ingresarán a trabajar a la ANIN. O sea, más burocracia estatal, aún. Más clientelismo político. Más costra del quinto nivel que todo lo traba, y que no hace nada productivo. Más gasto público. Más corrupción. Más ineficiencia.

¿Por qué no replicar – en la ANIN – el exitoso modelo institucional del Banco Central de Reserva (BCR)? Es decir, autonomía de verdad, independencia política de verdad, profesionalismo de verdad, meritocracia de verdad y todo lo demás.

Pero no. Para muchos políticos de nuestro país, eso es como pedirle peras al olmo. Nuestros políticos – la gran mayoría – están en otra. A ellos sólo los seduce la diosa coima. Nada que ver con servir a la población. Así las cosas, la ANIN… a ningún buen puerto nos llevará. ¡Una lástima!

(*) Exgobernador regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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