
Los sucesos violentos en la República hermana del Ecuador, han generado en nuestra patria expresiones de solidaridad muy loables por cierto, pero que tienen que estar complementadas con acciones internacionales y nacionales. En el ámbito internacional americano, debemos tener presente la actuación del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, creado por la Convención Americana de Derechos Humanos o Tratado de San José de Costa Rica y, constituido por la Comisión y la Corte de la misma denominación.
Simplemente recordemos la actuación de dicho Sistema, que frente a actos de violencia en que se agrede y enfrenta a la Policía, defienden a los agresores y sancionan a quienes tienen la obligación de resguardar el orden público. Francamente el mundo al revés y tratando a los policías como si fuesen extraterrestres y no tuviesen también Derechos Humanos.
Por lo señalado se impone la necesidad de hacer coordinaciones con las Cancillerías de otros países del hemisferio, entre ellas la del Ecuador, que por sufrir en carne propia los embates del SIDH, seguramente estarían dispuestas a hacer fuerza común con el Perú, para que se hagan reformas al Sistema y poder tener una protección supranacional a los Derechos Humanos, que sea realmente universal y general, sin sesgos ideológicos como los que ha llevado a tal Sistema a ser tan funesto.
En lo nacional no basta anunciar alertas para impedir que lo sucedido en el Ecuador, sea copiado en nuestra patria, pues lo acontecido en el país norteño ya ha sido sufrido en otros países del área hemisférica como es el Perú. Hemos tenido revueltas, hemos tenido protestas que derivaron a la violencia y al vandalismo, nuestras fuerzas del orden han soportado agresiones, el narcotráfico y el crimen organizado campea a sus anchas, en los penales tugurizados ha habido actos de enorme indisciplina, se ha afectado propiedad pública y privada, pero se siguen repitiendo tales luctuosos hechos.
Por ello hay que agregar a las alertas, acciones concretas, como bien podría ser redoblar nuestra seguridad fronteriza, aunque sin afectar el comercio bilateral limítrofe con Ecuador, que es fluido y beneficioso para ambos países, pero además ser eficientes en la investigación de robos de armas, municiones y explosivos, tanto en cuarteles como en campamentos mineros que son frecuentemente víctimas de extorsiones.
Tenemos que reformular nuestros nexos con la DEA para una franca colaboración que ayude a vencer al narcotráfico, sin olvidar que tenemos que ultimar esfuerzos para terminar en el VRAEM las acciones del terrorismo en alianza útil para ellos con el narcotráfico
También tenemos que hacer comprender tanto al Ministerio Público como al Poder Judicial, que los enemigos son los que transgreden la ley y no la Policía que trata de hacerla respetar, pero que sin embargo la someten a largos e interminables procesos, que por supuesto les quita toda gana de actuar como se debe.
La reciente columna sobre el tema del especialista César Ortiz Anderson, debería ser tomada en cuenta por nuestras autoridades, que muchas veces se quedan en los anuncios, aunque huérfanos de ejecución.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados