Hasta que por fin sesionó el Consejo Nacional de Trabajo (CNT), y las resultas no han sido nada favorables para el sector empresarial. Se ha vuelto a hablar sobre el pretendido incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV), y de modificarse la Ley de Tercerización Laboral.
Tal parece que a nuestras autoridades poco o nada le interesa que nuestro país haya sufrido los avatares y golpes de la Pandemia por el Covid-19, y por ello gran parte del sector empleador ha tenido que cerrar operaciones, y otros se vienen sosteniendo del día a día sin una recuperación positiva a nivel financiero y laboral.
Sabemos que en el arranque del 2022 la reactivación económica no se ha dado al cien por ciento, muchas empresas luchan por subsistir y otras simplemente han pasado a formar parte de un pretendido emprendimiento frustrado y de poca data.
Ahora que se ha ratificado en la cartera de Trabajo a la Dra. Bettsy Chávez Chino, se intenta y se vuelve a la carga con sacar adelante la tan famosa Agenda 19. Una agenda con 19 reformas populistas no puede perjudicar al sector empresarial, pero tal parece que para el Ejecutivo eso no interesa.
Acarrear más cargas y problemas al sector empleador no es la solución para frenar la informalidad laboral, por el contrario, espanta la contratación legal laboral, y agudiza la crisis que viven todos los empresarios peruanos.
También se habla de modificar la Ley de Tercerización, y ello si resultaría perjudicial, toda vez que, según la norma vigente, a través de la tercerización u outsourcing, toda empresa en nuestro país puede delegar parte de la actividad productiva en unidades externas. Así pues, a través de los contratos que celebran dos empresas, una de ellas puede encargarse íntegramente de una parte del proceso productivo de la otra, siempre y cuando asuman los servicios por su cuenta y riesgo, cuenten con sus recursos financieros, técnicos o materiales y sean responsables de sus propias actividades y de sus trabajadores.
Cuando los requisitos antes expuestos no se vena cumplidos, la tercerización simplemente se desnaturaliza osea incurre en vicios de ilegalidad.
Muchos tratan de sostener que por la tercerización se vulneran los derechos de los trabajadores, y ello no se ajusta a la realidad, pues la informalidad laboral sigue en ascenso, nadie contrata en planillas, la gran mayoría de empresas asume el riesgo de contratar por recibos por honorarios sin respetar las modalidades de contratación permitidas legalmente, y no necesariamente porque las empresas tercerizan sus servicios.
Le pusieron la mira a la Tercerización Laboral, pero se deja de lado la autonomía empresarial, económica, financiera y de personal que fue el espíritu de la norma.
Lo que, si queda claro, es que la Tercerización no ha sido bien fiscalizada en nuestro país, y por eso muchas veces en la práctica se convirtió en una simple provisión de personal sin el cumplimiento de los requisitos que exigía la norma. ¿A quien se pretende engañar? Solo el tiempo nos dirá si se modifica o no la ley. Esta historia continuará….
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(*) Abogado Laboralista
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