Opinión

Agua todo el año ¡a eso debemos llegar!

Por: Fernando Cillóniz Benavides

¡Cuán equivocados están aquellos pseudo «especialistas» en hidrología, llenos de maestrías y doctorados, eso sí, que despotrican de las empresas agroexportadoras! “El consumo de agua para sus cultivos es insostenible”, pregonan a los cuatro vientos, al más puro estilo de los agoreros de sequías medievales. “¡El acuífero de Ica tiene apenas 5 años de vida!”, advierten apocalípticamente en cada presentación.

El problema, para ellos, es que hace 30 años vienen diciendo lo mismo, y las agroexportaciones iqueñas siguen creciendo, y el río Ica sigue botando mucha agua dulce al mar. Y lo mismo dicen de Chavimochic, Olmos, Piura y demás.

Mañosamente, el cacareo contra las empresas agroexportadoras siempre se propaga en los estiajes… cuando no llueve. Y mejor aún, en octubre o noviembre de cada año, como ahora, cuando el estiaje está por terminar, y la angustia por el inicio de las lluvias está en su máxima expresión.

El hecho es que, luego de los anuncios agoreros, no solo no aparece la sequía, sino todo lo contrario. Todos los años, en todo el país, a partir de noviembre o diciembre, hasta marzo o abril, ocurren las temporadas de lluvias, y los ríos se cargan de bote a bote, incluso algunos se desbordan.

Y lo más lindo de todo: cuando terminan las temporadas de lluvias, a partir de mayo de cada año, aparece la belleza indescriptible de las lagunas altoandinas, llenas de aguas azules, preciosas; la sierra se cubre de verde intenso, pasturas frondosas, preciosas también; el ganado (llamas, alpacas, vicuñas, vacas, corderos y demás) pasta sano y bien alimentado, y las crías nacidas en primavera maman y corretean vigorosas y felices.

La fórmula para tener agua todo el año es harto conocida. Arriba, en la sierra, donde más llueve, debemos construir muchos reservorios: pequeños, medianos y grandes. La idea es guardar la mayor cantidad de aguas de lluvias posible para luego disponer de ellas en los estiajes.

También debemos reforestar y revegetar todas las cabezadas y quebradas de nuestras cuencas. La vegetación compuesta de bosques y pastizales se constituiría así en una gigantesca esponja natural que retendría las aguas de lluvias y evitaría la caída de huaicos y la erosión de nuestras quebradas.

La agricultura de secano debe cederle el paso a la agricultura bajo riego. El riego en sí debe tecnificarse a todo nivel. Hay que instalar aspersores de agua en las planicies y quebradas altoandinas, y riego por goteo en las partes medias y bajas de nuestros valles estupendos.

El manejo eficiente del agua implica también acciones administrativas innovadoras, tales como tarifas diferenciadas o lo que se conoce como “tomas libres”. En épocas de abundancia, casi no se debe cobrar por el agua. Todas las compuertas deben abrirse para que el agua discurra libremente por todos los cauces y acequias.

¿Lograremos algún día tener agua todo el año? Con autoridades tan corruptas e incompetentes, pareciera que jamás tendremos agua en los estiajes.

(*) Exgobernador regional de Ica.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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