En el periodo conocido como “entre guerras”, es decir entre el fin de la I Guerra Mundial y el comienzo de la Segunda, surge un movimiento artístico y literario que inspirado en las teorías psicológicas de Sigmund Freud buscaba expresar el mundo del subconsciente y los sueños a través de imágenes, expresiones o situaciones absurdas, irracionales y oníricas como una forma de superar “el racionalismo opresivo de la sociedad moderna”. En este sentido, la expresión artística e incluso intelectual se difundían sin límites y sin control de la razón.
Obviamente, aunque no hay una teoría del surrealismo político, si es posible aproximarnos a la política desde lo iluso, lo soñador, lo absurdo, o lo irracional de ciertos actos políticos que más allá de las narrativas, de las posturas, de los ofrecimientos o de las alianzas que se expongan, nos demuestran en el fondo la verdadera dimensión del desarrollo de la política.
Así, la anunciada alianza entre el movimiento A.N.T.A.U.R.O. y el partido político Juntos Por el Perú (JPP) al considerarse “hermanos de lucha” y compartir “convergentes ideales políticos y revolucionarios”, muestra cómo en el circo de la política peruana, los leones y las hienas se unen en una alianza imposible, para devorar con risas y ambiciones aún más falsas a un electorado que clama justo y merecido castigo a una clase política corrupta, indolente y caduca.
Aproximarnos a la cruda realidad es más desafiante aún; los socialistas radicales, progresistas y antisistema de salón son lo suficientemente razonables para comprender que no tienen otra opción política para mantenerse en el poder que someterse sin dudas ni murmuraciones a la potente narrativa de nacionalismo popular radical de ANTAURO que junto con los votantes de Pedro Castillo y sumada a la alianza con JPP le asegura definitivamente su paso a la segunda vuelta con todas las posibilidades de éxito hoy, cuando no tiene político alguno que se le oponga.
JPP también lo sabe y apuesta por tener una mínima bancada congresal para abandonar a ANTAURO de inmediato y sin remordimiento después de la primera vuelta, y ser oposición en la segunda vuelta; algo que a ANTAURO no lo interesa en lo más mínimo porque también lo entiende y no pensará ni un segundo en enfrentarlos nuevamente cuando no los necesite, porque para entonces existirán muchos más empresarios dispuestos a ayudarle que los que recibió Castillo el 2021.
Desde lo alto del poder A.N.T.A.U.R.O. y JPP representan una alianza que promete mayor caos y perjuicio para todos los peruanos de buena fe, mientras los ahora aliados cínicamente sonríen desde el poder, duermen en la misma cama, comparten sábanas, pero no almohadas.
(*) Exdirector Nacional de Inteligencia (DINI).
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