En estos días una amiga me dijo: “Padre tengo que hacer una reflexión sobre la séptima Palabra de Jesús en la Cruz. Necesito que me ayúdeme, por favor”. “Está bien –le dije–. Como sabes la Séptima palabra es “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. En tu reflexión debes enfatizar la confianza absoluta de Jesús en su Padre. Si analizamos la vida de Jesús nos daremos cuenta que la constante de su vida fue la estrecha e íntima relación que tuvo con su Padre.
Dicen los psicólogos que Jesús tenía todas las condiciones para ser un hombre depresivo, nervioso y angustiado, dado que durante toda su vida experimentó la persecución, la amenaza y, a final, terminaron asesinándolo. Conociendo el destino de los profetas él sabía que, por su compromiso, pasaría por circunstancias similares. Sin embargo, a pesar de ello, el Señor fue un hombre que tuvo paz en el corazón: Fue capaz de admirar el espectáculo de la vida (Mt. 6,26-39) y fue capaz de dormir en medio de las tormentas (Mt. 8,23-27). ¿De dónde le venía esa paz, esa tranquilidad? La respuesta está en su estrecha relación con su Padre Dios, a quien le l l a m a b a Aba, papito.
El sabía que pase lo que pase su Padre estaba con Él, que guiaba sus pasos y no permitiría que nada malo le pase, a no ser que esté dentro de sus planes. Esta confianza absoluta en su Padre se revela en su pasión y muerte y es una de las grandes lecciones que debemos aprender de Jesús.
Este mensaje que le di a mi amiga quiero darle en esta ocasión a usted, amable lector: Confíe plenamente en Dios que conduce su vida y Él es el único que le puede llevar a buen puerto. En semana Santa mucho más, en este Triduo pascual que estamos celebrando vemos que Jesús atravesó el valle oscuro de su pasión con dignidad, valentía, hidalguía y sano orgullo. Eso fue posible gracias a su absoluta confianza en Dios, su Padre.
Hoy, con la pandemia, la humanidad entera está viviendo un verdadero calvario. No nos desesperemos. Igual que Jesús, confiemos en Dios nuestro Padre que siempre nos cuida y nos protege y que Él sacará algo de este mal momento. Confiemos en el Dios de la vida que es capaz de vencer a la muerte. (www.padrewaltermalca.com).
(*) C.Ss.R.
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