
Para hoy martes se ha convocado a una marcha cívica de apoyo a la democracia y los valores en los que ya se sustenta, entre ellos la paz, el orden y la posibilidad de ejercer cabal e íntegramente nuestros derechos fundamentales. En ese sentido, cumplen labor importante la Policía Nacional y, eventualmente, cuando se decreta el estado de emergencia, las Fuerzas Armadas.
Esta marcha es importante porque a diferencia de aquellas otras en las que se exalta la violencia, en las que la protesta adquiere niveles de irracionalidad e implica la afectación de bienes jurídicos como la propiedad o el orden público y se afectan directamente derechos sustanciales como la libertad de tránsito, el derecho a la vida, la integridad física o un largo etcétera, en este caso tendremos una marcha cívica que es un apoyo a quienes se ponen al servicio del estado de derecho y de quienes salen a defender los fundamentos de una vida civilizada.
Todo lo expresado consigna la gran dicotomía que tiene hoy la política peruana: a un lado los que aspiran a promover mancomunadamente el bienestar común y en donde cada uno de nosotros pueda aportar al desarrollo de la sociedad. Del otro lado están aquellos otros que afectados por teorías ya caducas vinculadas a la lucha de clases, la división entre unos y otros y que, además, consignan que la violencia es la partera de la historia.
Esa división tiene que ser cabalmente amenguada, eliminada, algo que solo se conseguirá con un gobierno que recupere el sentido del orden, pero que además consiga que los servicios públicos puedan llegara a todos y cada uno de los peruanos.
(*) Expresidente del Tribunal Constitucional
(*) Exministro de Justicia
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